El futuro de Alcoa sigue en el aire

M. G. B. VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

XAIME RAMALLAL

Las tres plantas han reducido sus ingresos por interumpibilidad un 10 %  en la última subasta. «Nos sitúa en una mala posición», dice la multinacional

07 sep 2015 . Actualizado a las 23:18 h.

El futuro de las plantas de Alcoa sigue siendo una incógnita. La información facilitada ayer por la multinacional, de forma simultánea a las tres plantas que tiene en España -las dos gallegas de San Cibrao y A Coruña, y la asturiana de Avilés- permitió conocer los resultados que obtuvo en la puja de la energía celebrada en Madrid, pero nada sobre el impacto que tendrá sobre la producción y las plantillas.

«La subasta aportó resultados más bajos que los obtenidos para el 2015, lo que nos sitúa en una peor posición», dijo la compañía. No aclaró a qué precio, ni cuánto le supondrá en incentivos, simplemente que han sido un 10 % más bajos que en la subasta del pasado año. Ahora -dice- analizará las cifras y el impacto en las operaciones, teniendo en cuenta la situación del mercado del aluminio, donde se registran los precios más bajos de los últimos seis años.

Alcoa no ha dado plazos para desvelar incógnitas. Y eso ha irritado a los sindicatos. «Seguimos sin saber si ha conseguido los megavatios suficientes para que produzcan las tres plantas», lamentó el presidente de Alcoa en San Cibrao, José Luis Combarro.

La multinacional del aluminio consiguió en la subasta de interrumpibilidad para su fábrica de San Cibrao los tres grandes paquetes de 90 MW y otros 21 de 5 megavatios, la mejor parada (sindicatos desde Asturias dicen que se prima a esta en detrimento de las otras dos); para la de A Coruña obtuvo 24 bloques de 5; y la avilesina le correspondieron otros 23 de 5 MW.

«La intención de Alcoa al participar en la subasta era reducir costes de energía para la viabilidad de las fábricas», señalaron desde la compañía. Las tres plantas «han bajado sus ingresos por interrumpibilidad».

¿Qué salió mal? De entrada Alcoa esperaba que fueran al menos nueve los bloques de 90 MW (que son los que más aportan) que salieran a subasta, aunque hay demanda para diez u once. Pero fueron solo 8, uno menos que en la subasta del año pasado.

La multinacional dice que intentó diferentes estrategias, pero ninguna de ellas le aportaba mayor valor. Argumenta que el impacto de las pujas en el resto de los competidores es menor. Compite con otros minerales como el zinc o el acero, cuya producción requiere un consumo energético menor, y la diferencia se traduce también en el recibo eléctrico que se paga.

Así, recuerda que producir una tonelada de aluminio requiere 15.500 kilovatios/h, frente a los 4.000 kilovatios/h que consume fabricar una tonelada de zinc. La energía supone en torno al 35 % del coste de producción; y la cotización del aluminio es del 43 % de su precio de venta. «El margen de las demás para bajar es mucho mayor. Se ha pujado de buena fe, pero no ha sido posible», resumen. Dificultad añadida es el hecho de estar sujetos a una subasta anual.

Desde la Xunta no habrá pronunciamiento hasta que Alcoa haga pública su estrategia futura.