El martes se cumple un año del doble crimen que conmocionó a Cervo

m.c. cervo / la voz

A MARIÑA

El detenido por matar a su mujer y a su suegra continúa en Bonxe

11 ene 2015 . Actualizado a las 05:10 h.

El 14 de enero del 2014 la noticia de un doble crimen en Riocovo (Cervo) conmocionaba a toda la comarca. A punto de cumplirse el primer aniversario de aquel macabro episodio, son muchos los mariñanos que todavía tienen muy presentes los detalles que fueron trascendiendo a cuentagotas el propio martes y también los días sucesivos al asesinato de María Adela López Ramos, de 72 años, y María José Suárez López, de 44, a manos de su yerno y marido, respectivamente, José Ángel Cuadrado.

Los cadáveres de ambas aparecieron el martes a mediodía en sus respectivos domicilios. Horas más tarde, y tras una intensa búsqueda, localizaban junto al Puente de los Santos, en la frontera de Ribadeo con Asturias, el coche del asesino confeso. Él fue localizado en las proximidades y trasladado a las dependencias de la Guardia Civil de Burela, donde reconoció que quería mucho a ambas y que las acabó matando «para evitarles el sufrimiento» que les causaba la problemática situación económica que atravesaba la familia. La empresa de construcción que él regentaba acumulaba deudas con la Seguridad Social -en su día se cifraron en unos 140.000 euros- y pesaba un embargo sobre sus bienes, incluida la casa e incluso también la nómina de su esposa, María José, que era docente de Religión en los colegios de Ferreira do Valadouro y de Alfoz, además de catequista. Anteriormente, había trabajado en el punto de atención infantil de Cervo, concello en el que residía y en el que era muy conocida por su carácter abierto y por ser muy participativa en actividades.

Regresó a casa

Aunque el aviso de las muertes se dio sobre las 13 horas del martes, en su declaración posterior, José Ángel Cuadrado -originario de Lourenzá- reconoció que perpetró el doble crimen a partir de las ocho de la mañana del lunes. Lo que trascendió aquellos días de la declaración del detenido fue que tras ver a su mujer llorando la noche anterior, él se levantó por la mañana, y todavía en pijama, se fue a la casa de su suegra, que estaba durmiendo, y la golpeó en la cabeza con un palo. Regresó a su domicilio con el arma y cuando su mujer, tras ducharse, se disponía a salir de la vivienda, le propinó varios golpes. Cayó al suelo y creyendo que no estaba muerta, se dirigió a la cocina, cogió un cuchillo y se lo clavó en el cuello. A continuación se desplazó a San Cibrao, regresó a su casa para constatar que su esposa estaba muerta, se desplazó a Lourenzá y por la noche a Burela, donde al parecer también intentó suicidarse. El martes por la mañana se desplazó al Puente de los Santos y a las 13.30 horas llamó a la Guardia Civil para confesar los crímenes. Sobre las 18.30 fue detenido. Todos estos datos fueron trascendiendo y se hicieron públicos a medida en aquellos días posteriores a ambos crímenes.