La situación de María Loureiro es un tanto especial, como saben, pues heredó la alcaldía tras el fallecimiento de Melchor Roel mediada la legislatura y está dando continuidad al programa y a las acciones emprendidas por éste; lógico, teniendo en cuenta que el margen de tiempo que le quedaba y aún le resta -un año- es muy limitado.
Ella es la primera mujer al frente de la alcaldía en Viveiro y eso, por novedoso, en principio puede suponer una cierta ventaja, un punto a su favor. De hecho, en la encuesta se ve que obtiene más apoyos entre las mujeres, en concreto entre las mujeres de mediana edad. Realmente como candidata María Loureiro aún es una incógnita; el haber heredado el bastón de mando en el último tiempo, sin demasiado margen para emprender acciones de gobierno propias y de cierta relevancia, puede jugar a su favor pero también en contra.
Obtiene en la encuesta un 51% de apoyo, que tampoco es que vaya sobrada; hay tiempo suficiente aún para ganar más apoyo o perderlo; en tiempo electoral cinco o seis meses son un mundo. Su carácter -discreta, sencilla- ni le beneficia ni le perjudica, en todo caso dependerá del perfil de sus opositores. Curioso, que entre sus rivales el más valorado sea Bernardo Fraga, joven aparejador que también suele
optar por la discreción, la razón y el diálogo críticos, eso sí, en su papel.
Se vive una temporada de relativa calma, tal vez porque es lo que toca y se agradece en Viveiro después de una guerra tan personal como la que mantuvieron los dos ex alcaldes, Melchor Roel y César Aja, con repetidas causas judiciales que cansaron y que a los
demás no nos llevaron a ninguna parte. Probablemente por eso en Viveiro se valore ahora y en adelante más la voluntad de entendimiento y de trabajo en beneficio de los vecinos/as y de Viveiro, que lo
necesita.
Los candidatos tienen por delante mucho trabajo, pues a tenor del sondeo todo parece estar muy abierto en Viveiro, con un gran número aún de indecisos.