El trabajo, antídoto a los males

Iván Díaz Rolle
I. DÍAZ ROLLE VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

ACAIXAESCURA

Pese a las adversidades, el Valadouro encadena tres victorias consecutivas

01 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

El fútbol es un deporte de locos y como tal en él ocurren cosas difíciles de explicar mediante la razón. Echar un vistazo a la clasificación del grupo tercero de Primera Autonómica y analizar las posiciones de los conjuntos mariñanos en ella es la mejor prueba de esto. En la zona baja de la tabla uno se encuentra a conjuntos habituados a verse en otras peleas bien distantes -incluso, no hace demasiado, en categorías superiores-. Es el caso del Burela, que solo ha sumado cuatro puntos, o del Xove-Lago, que apenas ha hecho tres. Y en el otro lado de la balanza, el sorprendente equipo de moda de la categoría: el Valadouro.

El equipo entrenado por José Manuel Teijeiro es cuarto en la tabla, con nueve puntos en cuatro partidos. Solo perdieron en la jornada inaugural, cuando el Lemos se llevó los tres puntos de O Árbol -2-3- y desde entonces no han conocido otro resultado que no sea la victoria. «Una verdadera heroicidad», en palabras de su técnico.

Querer es poder

Los de Ferreira son la mejor prueba de que en el deporte querer siempre es poder. Apenas tres futbolistas continúan respecto al conjunto que la pasada temporada se ganó el ascenso a Primera Autonómica. Las dificultades para confeccionar la nueva plantilla fueron una constante. Hay jugadores que vienen de varios años sin competir -es el caso de Cándido, por ejemplo, que viene de tres años alejado de los campos de fútbol- y otros muchos, la mayoría, llegan de categorías inferiores, como Diego, del Sacido, o Copete, del Celta Barreiros.

La situación del equipo es crítica si nos atenemos a la disponibilidad de efectivos. Un total de cinco bajas seguras durante unas cuantas jornadas más y solo tres defensas disponibles -Trigo, Pedro y Víctor, que para colmo, suma ya cuatro tarjetas, por lo que pronto podría ser sancionado-. José Manuel está teniendo que reconvertir futbolistas para poder competir. Y, hasta el momento la respuesta está siendo inmejorable: «Esto es el fruto del buen trabajo de los chicos. Si entrenamos a las 8 y media, todos están ahí a y 10; tienen un compromiso y unas ganas increíbles. Aunque claro que sería irreal pensar en algo más que la salvación», apunta el entrenador mariñano.

Pese a la escasez de zagueros, una de las claves del Valadouro está siendo el trabajo defensivo. La solidaridad del equipo lo hace fuerte y, además, están viendo puerta con relativa facilidad. «Y eso que, excepto Manolo, no tenemos a ningún futbolista de una capacidad goleadora impresionante», destaca Teijeiro. El domingo en Monterroso un gol del joven punta allanó el camino a la remontada (1-2).

Por fin ganó el Xove

Al margen del sorprendente rumbo del Valadouro, la otra grata noticia de la jornada la protagoniza el el que será su rival este domingo -«Ellos juegan otra Liga; deben ascender», comentó José Manuel»-, el Xove-Lago, que por fin ganó y además lo hizo sacando a relucir todo el potencial que se le presuponía desde el comienzo de temporada. Hicieron un set al Bóveda. Con él, dan un gran paso para salir del estado de «bloqueo mental» que según su preparador, Alberto López sufrían al ver que las cosas no salían. «Tenemos capacidad y si mantenemos la intensidad y la conocentración seremos un equipo muy complicado de batir», sentenció López. Por desgracia para los verdes, tendrán que hacerlo sin Luis Varela, que con un esguince de grado 3 se une a la lista de bajas que ya copaban Moya y Juanjo Coello.

Quien también parece comenzar a recuperar las sensaciones, pese a los problemas con las fichas de algunos jugadores, es el Burela que sacó un punto de fe, tras igualar hasta en tres ocasiones, de su visita al Polvorín y suma dos jornadas consecutivas puntuando.

Por último, el Iberia dijo adiós a su pleno de victorias en este inicio con una derrota en Taboada (3-1) en un partido que comenzaron ganando y en el que empataban hasta que Diego Rego fue expulsado, con media hora de juego por delante.