Nace una cantera de furtivos mariñanos que se suma a los de la zona de Cedeira

Inmaculada Eiroá González
INMA EIROÁ VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

14 ago 2014 . Actualizado a las 15:33 h.

Hace pocas semanas la Guardia Civil de Xove sorprendía en Morás a dos furtivos de la provincia de a Coruña con 79 kilos de percebe. Lo confirmaba el presidente de la Cofradía de San Cibrao, Javier Sánchez, explicando que ahora mismo en la comarca operan varios tipos de furtivos.

Están los profesionales, esos siete o diez veteranos, que viven de esa actividad ilegal, casi todos del área de Valdoviño, Cedeira o Narón, que se desplazan a la comarca y buscan el lugar más idóneo. Si no hay buenas condiciones en O Vicedo, se van a San Cibrao o a la costa de Ribadeo.

Otro grupo lo forman los que valiéndose de una licencia deportiva, utilizan zódiacs y equipos de buceo y se dedican a extraer percebe en pleamar. Constituyen un quebradero de cabeza para los mariscadores locales, que no tienen medios para poder vigilarlos. La Guardia Civil del Mar ha sorprendido a varios este verano en las islas, donde está prohibido realizar pesca submarina (en Os Farallóns, Sarón y Coelleira).

Existen también los pescadores de caña que aprovechando esta actividad recogen tres o cuatro kilos para comer en familia y que, según el patrón mayor, suelen desistir de esta actividad cuando son sorprendidos y se les advierte que a la próxima ocasión serán denunciados.

Y a estos grupos se une otro que es relativamente nuevo y son los furtivos de esta zona que están empezando a profesionalizarse: «Están aprendendo», afirma el presidente de la Cofradía de San Cibrao.

Para los 21 percebeiros adscritos a esta cofradía, al igual que para el resto de los que trabajan en la comarca, la competencia desleal del furtivo es muy perjudicial. El furtivo, aparte de esquilmar los bancos, a veces arramplando con todo, sean del tamaño que sea, vende luego en establecimientos o en la calle a un precio menor: «Vir á ribeira, coller percebes e vendelos é tentador», resume el patrón mayor. Este año, como el anterior, se organizan para vigilar la costa, especialmente en los días en que hay mareas más grandes. Si coinciden dos en el día el vigilante cubre la mañana y los percebeiros la tarde. Señalan que este año han sorprendido furtiveando a más gente que el año pasado. Entre ellos están conectados casi permanentemente. Hacen reuniones y tiene su grupo de wasap para pasarse los avisos.