La pareja de ribadenses que formaba parte de la tripulación del «Luno», el carguero que esta semana embarrancó y se rompió frente al puerto de Bayona, regresó ayer a su hogar en Ribadeo. Él, natural de Santander, era el capitán del barco, y ella, nacida en Boal, en el Occidente de Asturias, estaba realizando prácticas.
A su llegada ayer al aeropuerto de Lavacolla, en Santiago, declinaron hacer declaraciones. Se vivieron escenas muy emotivas del reencuentro de algunos de los tripulantes con sus familiares. El que sí se manifestó fue el contramaestre, Javier Blanco, natural de Boiro, quien comentó que el accidente se debió «a un fallo na máquina e fomos arriba das pedras, foi bastante rápido todo».
Respecto a la declaración ante las autoridades francesas, opinó que «non houbo problema ningún, quedou todo aclarado».
Y a la pregunta de si llegaron a temer por su vida, añadió: «Sempre tes dudas, dudas de todo, pero bueno, medo...».