Evitar que se hunda una calle de Viveiro vale un millón

Mar García Balseiro
MAR G. BALSEIRO VIVEIRO / LA VOZ

A MARIÑA

29 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

El alcalde de Viveiro, Melchor Roel calcula que ejecutar las obras definitivas que evitaran la amenaza permanente de hundimiento de la avenida de Cervantes costarían en torno a un millón de euros. Este invierno, con las intensas lluvias, el deterioro fue mayor.

La obra, sobre la que en un pleno se interesaron los populares no tiene visos de ejecutarse en un plazo de futuro cercano. Por su elevado coste y por las particularidades técnicas que lleva aparejadas su ejecución. «De momento vamos tirando con los trabajos que realiza la brigada de obras del Concello, que ya actuó en alguna zona», dijo el regidor.

Dos son las causas que provocan que lenta, pero inexorablemente, el vial, cuyo firme es de cemento con bandas de adoquines, se abombe periódicamente. En primer lugar porque bajo la superficie discurre canalizado el río Pontelabrada, con una bóveda realizada hace más de un siglo, según el propio Concello. «Es una bóveda muy grande , y si se quiere arreglar de verdad, reforzarla toda rondaría esa cantidad», añadió Roel. Matizó, en cualquier caso, que en la zona de A Pescadería, desde la frutería a la carretera ya se sustituyó la antigua bóveda «por unos tubos gigantes».

La calle no lo está haciendo mal en cualquier caso, porque la otra circunstancia que le afecta es el intenso tráfico que soporta. Y no tiene mucha solución porque la avenida de Cervantes es parte del vial que circunda el casco histórico de Viveiro.

Para buscar la actuación más importante realizada en esta zona hay que remontarse a los años noventa del siglo pasado. Fue consecuencia de una tremenda riada provocada por las fuertes lluvias y la acumulación de maleza que apresó en la falda del monte san Roque a finales de los ochenta. No causó daños personales ni materiales graves, pero el agua bajó en tromba desde la Pontelabrada hasta el muelle viejo. Entonces era alcalde el popular César Aja, que recordó que las actuaciones que se realizaron entonces, con una inversión de unos cuarenta millones de las antiguas pesetas, se ejecutaron en dos fases, la pavimentación del vial y la eliminación de los antiguos molinos y reforma de la propia plaza de A Pontelabrada.

Sobre las particularidades de esta calle hablaba hace poco el cronista oficial, Carlos Nuevo, quien recordaba que todo Viveiro en si «é un acuífero».