Ribadeo pudo contar con otra área comercial, pero la crisis lo frustró, al menos de momento. Es un episodio que forma parte de la intrahistoria de Ribadeo y que el alcalde, Fernando Suárez, confirma ahora. Una cadena de ámbito nacional negoció hace tiempo con Sepes la posibilidad de instalarse en el polígono industrial de Piñeira. Era el germen de lo que podía ser una nueva área comercial que se sumaría a la que creó Eroski en Vilar (con Bricoking, Lidl, Merkal Calzados y Koodza). Finalmente, los contactos no fructificaron.
«Dende o punto de vista comercial quen levaba a xestión no polígono era Sepes. Eles canalizaban unha empresa grande, unha superficie comercial moi importante pero que non chegou a callar pola crise», manifestó el alcalde ribadense.
La estratégica ubicación de Ribadeo era y sigue siendo su gran valor. Fue lo que propició que la Xunta modificase su plan de áreas comerciales para permitir la implantación de Eroski, a pesar de que Ribadeo no cumplía los ratios del mínimo de habitantes exigidos.
El caso de esta superficie comercial que reconoce el alcalde no fue el único. Gadisa dispone de terrenos cerca de la rotonda de Dompiñor que da acceso a la autovía. «Se quere facer algo deberá esperar á aprobación do plan xeral», puntualizó Fernando Suárez. También la cadena Aki entabló contactos, que no llegaron a cuajar.
Pero la crisis ha cambiado el panorama. Ribadeo, obviamente, no se libra de ella y la prueba está en el reciente cierre del supermercado Cemar, uno de los más longevos del municipio. El regidor no oculta su preocupación por los efectos de la crisis en una economía como la ribadense, cimentada en el sector terciario: «Os servizos viven do consumo e da cidadanía, e se non hai liquidez... Os comerciantes teñen moi difícil sobrevivir se non hai cartos na xente. Por moi atractivo que sexa Ribadeo se a xente non pode comprar o sector terciario terá complicado resistir».