«El grupo de gaitas Saudade fue el primero en España solo de chicas»

ana f. cuba RIBADEO / LA VOZ

A MARIÑA

22 ene 2012 . Actualizado a las 06:00 h.

Teresa Rodríguez Ruiz nació en la parte baja de Ribadeo, junto al puerto, y allí se crio, rodeada de niños -«entonces jugábamos por las calles, ahora no se ven»-. Su padre era marinero y «para comer», recuerda, nunca les faltó. Pero un hecho inesperado alteró su adolescencia, en una época en la que a las chicas se les negaba la oportunidad de seguir estudiando. «Nos dedicábamos a aprender a coser, para ser modistas». Nada más finalizar la escuela, con tan solo 12 años, irrumpieron en su vida y en la de otras nueve jóvenes de Ribadeo los hermanos Amando y Carlos Suárez Couto.

«Eran dos señores ya jubilados, don Amando, un pintor muy reconocido, organizaba funciones en el Teatro y nosotras participábamos bailando y actuando», cuenta. La recaudación de aquellas actuaciones se destinaba a la compra de juguetes para niños pobres, en Navidad, o para el hospital. De esos encuentros surgió la idea de crear un grupo de gaiteras, Saudade, «el primero de Galicia, España y seguramente del mundo» compuesto íntegramente por mujeres. A sus padres la idea «no les nacía ninguna gracia», pero la iniciativa prosperó. «Nos pusieron un profesor de música y Primitivo Díaz, que había sido el fundador del grupo Follas Novas, nos enseñaba a tocar la gaita», evoca.

Las clases y los ensayos comenzaron en 1962 y al año siguiente tocaron, por primera vez, en la Xira de Santa Cruz. «Fue un bum tan grande que ya empezaron a llamarnos de todas partes: Galicia, Asturias, Portugal, Castilla...; y durante unos dos años, de junio a septiembre, no paramos. La agrupación Saudade ofrecía conciertos y pasacalles. En una ocasión las recibió Manuel Fraga en su casa de Vilalba: «Estaba emocionadísimo, porque no se conocía tal cosa, diez chicas tocando... (llegaron a ser 16)».

En Ourense compartieron escenario con el Dúo Dinámico y con Lola Flores. «Teníamos un repertorio muy amplio..., en realidad aprendimos todo de oído, no aprovechamos el profesor de música; como era todo al unísono, una sola voz, si había una pifia se notaba muchísimo». Los mecenas de la formación «eran muy exigentes» y, a pesar de su edad, no se perdían ni una de las salidas. Junto a las gaiteras viajaban también una mujer que trabajaba en casa de los Suárez Couto y dos madres.

En la plaza Mayor de Salamanca, el ribadense Enrique Otero, gobernador de la provincia, les organizó una gran recepción. «Cada vez que lo recuerdo me dan ganas de llorar de la emoción», comenta. La repercusión del grupo fue tal que les llamaron incluso desde Nueva York para actuar el Día de la Hispanidad, invitación que declinaron. Sí acudieron a la botadura del primer barco de Pescanova, en Vigo, de la mano de otro ribadense, Víctor Moro.

La aventura duró unos cuatro años, las gaiteras iban dejando el grupo para casarse o emigrar y entraban otras. Por cada día de actuación les pagaban 200 pesetas, una fortuna. «¡Tú sabes lo que era venir para casa con todo aquel dinero, te hacía una ilusión que no te puedes imaginar!». Al poco de disolverse el grupo Teresa se compró una gaita, que ya solo toca en familia, acompañada de su hija, al piano.

Teresa Rodríguez Ruiz

64 años

Ha sido modista y gaitera

Su casa de Ribadeo, junto a la gaita, el instrumento que tantas alegrías le ha dado

«Fue un bum tan grande, en 1963, que empezaron a llamarnos de todas partes»