¿Huyeron dos proxenetas a cambio de 4 millones que tenían en el maletero?

José Fernández LUGO / LA VOZ

A MARIÑA

Investigan si un guardia dejó que escaparan por dinero

01 jun 2011 . Actualizado a las 10:55 h.

Las relaciones entre propietarios de burdeles parece que no son idílicas. Manuel Manteiga Rodríguez, conocido en los ambientes de la noche como El Increíble, se presentó una tarde ante algunos agentes que se ocupan de las investigaciones de la operación Carioca para contarles algo que parece muy jugoso, pero que resultará difícil de probar. Isolino Rico Chorén, El Pelao y Manuel Ulloa Manteiga, El Melenas, ambos en paradero desconocido desde 2004, podrían haber evitado ser detenidos gracias a un maletero cargado de billetes.

Manteiga Rodríguez contó a los investigadores una información que le había llegado en su momento. Explicó que en una ocasión el cabo de la Guardia Civil de Lugo Armando Lorenzo (que estuvo encarcelado por su presunta participación en la trama de los burdeles) fue a detener a un piso de la zona universitaria lucense a los dos citados proxenetas. Les esperó fuera y cuando ambos llegaban a casa, a bordo de un Mercedes 230 y en compañía de dos mujeres de nacionalidad colombiana, el guardia civil supuestamente se dirigió a ellos con la finalidad de detenerlos. Sin embargo las cosas no son como empiezan sino como acaban.

Según la versión aportada a los investigadores, el agente se acercó a la ventanilla del coche. Del mismo descendió Manuel Ulloa Manteiga que, presuntamente, le dijo al guardia que si hacía la vista gorda, es decir, si le dejaba marchar, podía coger todo el dinero que iba en el maletero del vehículo: alrededor de cuatro millones de pesetas.

Armando, según la versión que le llegó a Manteiga Rodríguez, supuestamente cogería el dinero y, esa misma noche, El Pelao y El Melenas abandonarían la ciudad. ¿Pura ficción o realidad? Será difícil para los investigadores aclarar algo de este supuesto episodio.

Lo que sí es real es que los dos citados acabaron siendo juzgados más tarde en la Audiencia Provincial de Lugo. Se enfrentaban a penas de cárcel pedidas por el fiscal. Fueron condenados por el tribunal que, sin embargo, no adoptó las medidas necesarias para que los dos presuntos proxenetas no se dieran a la fuga. Si en la Audiencia hubieran tomado precauciones hasta que no se dictara la sentencia, posiblemente los presuntos proxenetas estarían entre rejas.

Ulloa Manteiga puso tierra de por medio al conocer la condena de más de 30 años de prisión por unos hechos sucedidos en el club O Pazo, de A Fervedoira. Rico Chorén, por su parte, habría alegado en su día estar ingresado en un centro psiquiátrico madrileño para ni siquiera comparecer en la audiencia lucense al juicio y desaparecer por completo del mapa.

Curiosamente, después de varias sesiones de juicio, el fiscal en sus conclusiones finales había puesto de manifiesto un hecho que en aquel momento pasó desapercibido. Echaba de menos, así lo expresó públicamente, un control más eficaz por parte de las autoridades gubernativas a los clubes de alterne involucrados, en este caso eran O Pazo y el Scorpio. Este último acabó convirtiéndose en el Eros, cuya trayectoria es perfectamente conocida por quienes conocen la trama de la operación Carioca.

Los dos clubes llegaron a ser clausurados por la justicia, pero no tardaron mucho tiempo en volver a reabrir, aunque con nombres diferentes. Curiosamente, ninguno llegó a sobrevivir como burdel. Los dos se caen actualmente. Uno por la acción del fuego intencionado y otro por el abandono en que se encuentra. Forman ya parte de la cada vez más amplia historia negra de la ciudad.

Crónica Las revelaciones de la investigación

El receptor del dinero que iba en un Mercedes podría haber sido el cabo Armando