Los padres de la joven que está en Japón confían en la ayuda del Gobierno si hay peligro

o valadouro / la voz

A MARIÑA

18 mar 2011 . Actualizado a las 06:00 h.

Más tranquilos que en días pasados, los padres de Nuria Galán, siguen desde O Valadouro los acontecimientos que ocurren en Japón, donde se encuentra ella y su niña Yuna, que todavía no ha cumplido el año. Ayer por la mañana hablaron por el Skype. Cuenta Antonio Galán que su hija y nieta estaban bien. No tienen problemas de comida, aunque «los supermercados no están llenos», indica, y sufren cortes de luz de cuatro horas.

Se queja de la información «apocalíptica» que se da aquí: «Salieron a comprar y a pasear, no hai ese pánico que sale en televisión», señala Antonio Galán, explicando que su hija, que ha bajado desde su casa, en Utsunomiya, una localidad situada a unos 140 kilómetros de Fukushima, hasta la casa de su suegra en Chiba, al sur de Tokio, no quiere venir a España a no ser que haya una evacuación general.

Hablando de la información que se está generando, señala que quizás allí se da por defecto y los demás por exceso «Por mucho que minimicen el Gobierno japonés está bastante escarmentado para engañar a la gente», señala el padre de Nuria, explicando que a su hija le están diciendo que aquí se exagera mucho.

Galán sigue los debates y percibe cuestiones como que si hablan los defensores de las nucleares, «le quitan hierro al asunto y si es al contrario, defienden otra cosa». Confía que la radioactividad no llegue a donde está su hija; afirma que si hasta no hace tanto varios países han estado haciendo explosiones nucleares en el Pacífico, y no pasó nada, en este caso, con una situación completemante distinta y más controlada, no debería pasar, al menos fuera de ese radio de veinte o treinta kilómetros alrededor de la central.

En cualquier caso, este vecino de O Valadouro confía que «si la cosa fuese grave, grave, el Gobierno español reaccione a tiempo», «que no los pille a traspié y manden aviones». En Japón ahora mismo las compañías aéreas que operan allí tienen pocos vuelos y los precios se han disparado, lo cual tampoco le parece aceptable.