Astilleros Gondán, empresa radicada en Figueras (Castropol), ultima estos días los trabajos de construcción de la nueva patrullera oceánica de la Guardia Civil, un encargo del Ministerio del Interior, que está previsto que sea entregada el próximo 9 de diciembre.
Las dependencias interiores del Río Segura están siendo pintadas estos días, a la espera de que el próximo lunes comiencen las pruebas de la embarcación en alta mar, paso previo para su entrega definitiva al Gobierno central.
La misión que tendrá encomendada este barco, el primero de sus características construido para la Guardia Civil, será desarrollar labores de control fronterizo en mar abierto, concretamente en el océano Atlántico y en el Mediterráneo, y además luchar contra el narcotráfico, la inmigración ilegal, los delitos de contaminación o la búsqueda y rescate de náufragos.
La patrullera mide 73 metros de eslora, tiene potencia para 1.700 toneladas de desplazamiento y está formada por dos cubiertas. Uno de los elementos más destacados del barco es la motorización, ya que lleva dos motores de tipo diésel-eléctrico y una hélice transversal, algo que garantizará una autonomía muy elevada y una capacidad de maniobra a baja velocidad, exigencia para asegurar vigilancias de larga duración y un mejor acercamiento a embarcaciones más pequeñas, como las pateras.
El presupuesto total de la construcción se acerca a los 12 millones de euros. El Río Segura se unirá a los otros dos buques oceánicos con los que cuenta actualmente la Guardia Civil, el Río Miño y el Río Tajo .