Con los socorristas en la playa más visitada de Galicia

Laura Valle RIBADEO/LA VOZ.

A MARIÑA

Ocho personas vigilan As Catedrais, el arenal más hermoso y peligroso

18 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La playa de As Catedrais, en el concello de Ribadeo, es por su belleza uno de los puntos turísticos por excelencia de Galicia, pero también por sus características es uno de los arenales más peligrosos, donde es habitual que cada año se produzcan rescates de bañistas. En As Catedrais un equipo de ocho socorristas velan por la seguridad de los visitantes, día tras día. Inició su labor a finales de junio y la concluirá a mediados de septiembre.

Su jornada laboral comienza pasado el mediodía. Llegan a la playa, colocan las banderas informativas sobre el estado de la mar, señalizan el puesto de socorrismo, acotan la zona de baño permitida y se disponen al reparto de la playa, ya que cada socorrista se colocará en una de las calas y los dos restantes se ubicarán en una zódiac que, desde el mar, vigilará a los bañistas.

Habitualmente suelen realizar retenes, entrando a trabajar con bajamar y reduciendo el número de operativos conforme vuelve a subir la marea, cuando el acceso a la playa resulta prácticamente imposible, pues el mar, según las mareas, llega a cubrirla totalmente.

Turnos

A lo largo de la semana los socorristas hacen turnos para descansar, pero es en el fin de semana, debido a la mayor afluencia de veraneantes que acuden a la playa, cuando el equipo al completo, compuesto por ocho socorristas, se cerciora de que nada escape a su vigilancia.

Ese es su trabajo y todos intentan hacer de As Catedrais un lugar seguro. Ese estímulo les hace conscientes de la responsabilidad que sus puestos de trabajo acarrean.

En este caso, cuentan que decidieron comenzar a formar parte del grupo de salvamento porque les gusta el trato con la gente y es siempre una manera de estar ocupados durante los meses de verano, pero sobre todo, se sienten orgullosos y son conscientes de la labor que realizan, sin olvidar que perciben unos ingresos que les ayudarán a afrontar sus gastos personales durante los meses estivales y a pagar sus estudios de cara al invierno.

As Catedrais es calificada como una playa de tránsito, al ser muchos los diferentes viajeros que llegan cada día hasta ella, dan un paseo por la playa, toman algunas fotos y continúan su ruta hacia otros lugares.

A los socorristas su trabajo les deja a lo largo de la jornada numerosas anécdotas relacionadas con los turistas, pues algunos no saben exactamente qué se van a encontrar en la playa; les preguntan cuáles son los sitios aconsejados para ir a comer o a dormir; incluso preguntan por el Míster Galicia (Jacobo, uno de los socorrista que lleva cuatro años trabajando en esta playa), y también está el caso de una señora que les preguntó si podían mostrarle el lugar en el que se encontraban enterradas las famosas catedrales.

El horario

En un día «normal» las horas de trabajo pasan entre advertencias sobre el acceso de animales a la playa, información a los bañistas sobre la delimitación de la zona de baño o curas por culpa de picaduras de escarapotes.

Cada poco tiempo, los socorristas se someten a simulacros de rescate para poder estar en forma ante cualquier situación límite que pueda suceder. Remarcan que muchos rescates podrían ser evitados si la gente hiciera más caso de sus advertencias y de las señales informativas que se colocan todos los días. Están orgullosos de no haber tenido que lamentar ningún accidente mortal en los últimos años, pero no niegan haber pasado más de un mal rato desde que llegaron a ese puesto. «En el momento en el que te lanzas al mar a salvar la vida de una persona, solo tienes que pensar en cuál es tu trabajo, no permitir que los nervios afloren y poner en práctica todo lo que has aprendido. Si estás tranquilo, lo harás mejor de lo que imaginabas­­­­», expone uno de los vigilantes de As Catedrais.

Explican que una de las principales aptitudes que debe tener una persona que desarrolla esta actividad es la paciencia, ya que en ciertos momentos «debes ser un poco psicólogo con la gente, tranquilizarlos y explicarles cuál es tu trabajo y para qué estás ahí».

La jornada laboral termina alrededor de las siete de la tarde, cuando se disponen a retirar las banderas de señalización. A menudo todavía queda gente en la playa, a veces esperando a que acabe de bajar la marea para ver el arenal. Porque ese es uno de sus secretos y alicientes, As Catedrais solo puede ser vista en su verdadera magnitud cuando baja la marea. No pocos se van de As Catedrais sin haber descubierto sus secretos, sin haber llegado al tramo final de los arcos.

Guías turísticos

Para evitar esta situación el Concello de Ribadeo dispondrá en los próximos días de guías turísticos, mediante un convenio con la Diputación. Ahora está con la selección de personal. También se reforzará el servicio de limpieza del arenal, con cinco personas que se van a contratar específicamente para ello. «Xuntaranse ao equipo que xa temos. Esperemos que cheguen, pero nunca se pode decir cando se fala dunha praia que cada día é visitada por milleiros de persoas», manifiesta el alcalde ribadense, Fernando Suárez.

En As Catedrais lucen varias banderas, la azul de Adeac, la certificación de calidad ISO 14004 y la Q de calidad. También cada día los socorristas izan la suya. Todas son importantes, pero ésa es a la que más atención hay que prestar.