R, ONO y otras dos operadoras de cable se unen para exigir su propia frecuencia de telefonía móvil

Gabriel Lemos REDACCIÓN/LA VOZ.

A MARIÑA

17 jul 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

Las cuatro operadoras españolas de cable: la gallega R, la asturiana Telecable, la vasca Euskaltel y ONO, que opera en el resto del país salvo Extremadura, se han unido para exigir al Gobierno que las tenga en cuenta a la hora de conceder las nuevas frecuencias de telefonía móvil que saldrán a concurso a principios del 2011.

Y es que Industria tiene previsto repartir la porción más golosa de la tarta del espectro radioeléctrico, redistribuyendo las bandas 800 y 900 MHz (en la que se liberarán nuevos bloques de frecuencias por la reorganización de los ya existentes) y por el reparto del dividendo digital, las frecuencias que quedan disponibles por la implantación de la TDT, que al comprimir la señal televisiva, minimiza la frecuencia que necesita. Se trata de frecuencias óptimas para prestar los servicios de voz -ya que son las que cubren más distancia con el menor gasto en antenas- , pero que sirven también para el acceso a Internet y a las que hoy solo tienen acceso los tres operadores tradicionales (Movistar, Vodafone y Orange).

Además, Industria repartirá frecuencias en las bandas altas, de 2,1 y 2,6 MHz, sobre la que se desarrollará el nuevo estándar móvil, LTE (evolución a largo plazo, por sus siglas en inglés), y que Industria se plantea regionalizar, de forma que distintas compañías que solo operan a nivel autonómico puedan explotar el mismo bloque de frecuencias, cada una en su área de influencia. Fuentes del sector señalaron que las cuatro operadoras de cable, que por primera vez se han unido para defender su posición en el mercado, podrían presentarse en bloque a la licitación para luego operar por separado en caso de obtener la licencia. Denuncian que cualquier inversor puede hoy desarrollar su propia red fija, mientras a ellas se les niega poder invertir en el mercado móvil, donde ya operan actualmente alquilando las antenas a una firma con red propia. Pero quieren desarrollar su propia red para competir en igualdad de condiciones con el resto de compañías y recuerdan a Industria que la Comisión Nacional de la Competencia terció ante el Ministerio para que «se dé prioridad a los operadores que en estos momentos no disponen de frecuencias».

Las cuatro compañías quieren hacer valer su capacidad de inversión, que alcanzó los 10.000 millones de euros en la última década, para obtener un servicio que juzgan clave para presentarse en igualdad de condiciones a los concursos de suministro de las Administraciones públicas y las grandes empresas, que exigen también servicio de móvil, al tiempo que cuestionan que las grandes operadoras nacionales vayan a acometer inversiones claves, como la extensión del acceso a Internet en el rural.