El asilo de Foz, cuya gestión tiene asumida la ONG Edad Dorada Mensajeros de la Paz, tiene las 38 plazas de que dispone cubiertas y una lista de espera de diez personas. Así lo explicaba estos días la responsable del centro, señalando que el número de solicitantes incluso es mayor que el reflejado en la lista dado que hay gente que no se incluye porque son casos urgentes, como las solicitudes que llegan, por ejemplo, a través de la trabajadora social del hospital, entre otras. Se dan incluso peticiones de la propia capital de la provincia.
Es un centro que dispone de unos fondos muy limitados y que en muchas ocasiones ha precisado y precisa de la ayuda de los propios vecinos y de diversas instituciones; la directora señala que buena parte de los residentes poseen pocos recursos y casi no abonan la plaza, por lo cual necesitan esos apoyos externos para salir adelante; en este sentido destacó la ayuda del patronato y del Concello. La antigüedad del edificio, unido a las exigencias de la normativa obligan a acometer continuas reformas. Así lo reconoce la responsable, señalando que «se va poco a poco; el año pasado pintamos todo y arreglamos un baño y ahora estamos con el plan de emergencia y de evacuación, hay que cumplir la normativa».
La residencia nueva sería una solución, tanto de cara a contar con unas instalaciones modernas, cómodas y acordes con la normativa, como desde el punto de vista de cubrir la demanda que hay de plazas. Mientras tanto, señala la responsable del asilo, tienen que seguir funcionando y dando servicio en las instalaciones existentes: «Seguimos funcionando y bien», afirma, añadiendo que en la zona que cubren, que es básicamente toda la comarca, hay mucha gente mayor y se necesitan más plazas.