El Banco de España desmontó ayer definitivamente la perversa estrategia diseñada por el presidente de Caixanova para evitar la fusión con Caixa Galicia. Julio Fernández Gayoso tuvo que tragar con la aseveración de «los números de la fusión salen incluso con los peores datos». Esa frase fue suficiente para sentenciar como mentiras todas aquellas aseveraciones con las que se intentó durante meses poner en riesgo el sistema financiero de Galicia sin prueba alguna.
El Banco de España aprobó las cuentas de las dos cajas del ejercicio pasado, con lo que se deduce que, a 31 de diciembre, ambas tenían buena salud financiera. ¿Mejor una que otra? Pues, a simple vista, las ratios de Caixa Galicia son mejores tanto en solvencia como en morosidad y liquidez.
Ayer también quedó patente que el supervisor jamás le había encargado a Gayoso liderar ningún tipo de fusión. Por lo tanto, la operación ha de pactarse sobre lo que demuestran los datos: Caixa Galicia es mayor que Caixanova, y si la paridad se impone habrá que recordar que la caja más grande es 1,4 veces la pequeña.
El presidente de Caixanova, a sus 78 años, no es la apuesta de futuro del Banco de España. Lo que sí es cierto es que Gayoso ha provocado que Galicia viva en la locura por culpa del juego sucio de la intoxicación.