La crisis de Mark-Astur obliga a parar obras en el Occidente astur

Daniel Gayoso

A MARIÑA

17 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Las dudas se han despejado y ayer los trabajadores del grupo Mark-Astur pudieron conocer de primera mano la situación en la que se encuentra la empresa, que se ha declarado parcialmente en suspensión de sueldos. El dueño de esta factoría, Marcos García, asistió personalmente a una reunión con los operarios afectados, cerca de 170, y con representantes sindicales. Al acto, celebrado en las instalaciones de la empresa, situadas en Villapedre, acudieron cerca de un centenar de trabajadores, aunque los medios de comunicación tuvieron que esperar en el exterior de la factoría. Tras más de una hora y media, el presidente de la empresa salió a dar explicaciones de la situación actual.

Marcos García asumió su responsabilidad ante una crisis financiera que ha obligado a la puesta en marcha de un concurso de acreedores, una fórmula que podría devolver la viabilidad de la empresa. «Estimamos que es lo mejor para los trabajadores y los proveedores. Vemos que este proceso concursal puede devolver la viabilidad a la empresa, que tendrá un nuevo administrador que no seré yo», afirmó García.

El máximo responsable del grupo empresarial aseguró que el concurso de acreedores afecta solo a la empresa Mark Astur, que da trabajo a unos 60 trabajadores de los 170 que tiene el global del grupo. «En cuanto a las otras, como Lacambola o Atinar, no están en proceso concursal y estamos estudiando la situación para encauzarlas y lograr lo mejor para los trabajadores», aseguró.

El de ayer fue uno de los días más duros para este empresario. Entre lágrimas se mostró muy afligido por esta situación y, sobre todo, por el estado de sus trabajadores. «Este era un proyecto empresarial que se inició hace ocho años y quisiera que siguiese adelante. Conmigo no será posible, pero quiero lo mejor para los trabajadores. Es la preocupación más grande que tenemos en estos momentos», expresó entre lágrimas Marcos García.

Unas declaraciones que escucharon muy atentos los trabajadores, quienes también expresaron su inquietud por su futuro. No les dan esperanzas de poder cobrar antes de final de año.

La mayoría asegura que no podrá seguir trabajando en sus obras porque ya no hay suministros y, por lo tanto, los proyectos de la empresa en la comarca tendrán que paralizarse.

Es precisamente el impago de algunas de las obras realizadas una de las causas de la situación financiera de la empresa. «Es imposible calcular lo que nos deben. Esto empezó a ir mal hace 15 días, cuando nos devolvieron algunas facturas y se desencadenó una cerrazón de las entidades financieras», dijo García.

Además de las obras de reforma del centro de Navia, que incluye la construcción de una rotonda y nuevas aceras, la factoría Mark-Astur trabajaba en la actualidad en la construcción de viviendas sociales en Trevías, Boal y San Tirso de Abres y en varias remodelaciones, como la de la plaza de Santa Eulalia de Oscos. Actuaciones todas ellas que ahora tendrán que permanecer paradas hasta que se solucionen los problemas de la empresa o hasta que se adjudiquen a otra factoría.