«Es una satisfacción muy grande trabajar en lo que siempre me ha gustado»

Carmen Ferreiro

A MARIÑA

Músico de vocación, Mon lleva 17 años dirigiendo la Escuela de Música de Foz y toda una vida dedicada a este arte

09 ago 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

La gran pasión de Arcadio Mon García es la música. Siempre supo que su vida iba a estar dedicada plenamente a ella, y así ha sido. Asegura que le entusiasma desde que tiene «noción del tiempo».

Arcadio nació en la parroquia alfocense de Bacoi, aunque la mayor parte de su vida la pasó en A Coruña, donde se formó profesionalmente. Todo empezó cuando Mon tenía siete años, acudía a las clases de música y solfeo que su tío le impartía. También recibió clases de un conocido músico de la zona, Roquito. El primer instrumento con el que tuvo contacto fue la trompeta, «por circunstancias de la orquesta donde empecé a tocar», explica. Posteriormente conoció todos los instrumentos que hoy en día sabe manejar, como son el trombón, la guitarra o el contrabajo.

Durante su juventud, Arcadio pasó por numerosas orquestas. Estuvo un año tocando en Teima, también lo hizo en la formación Maseda -que era la más conocida por la zona de O Valadouro en esa época- y en el grupo Los Valles, que tuvo gran éxito gracias a la música italiana que ofrecían a comienzos de los años setenta. Este grupo se deshizo y formaron Los Mejoranos, composición en la que permaneció dos o tres años hasta que el destino lo llevó a A Coruña, con la orquesta Los Españoles.

Mon lo explica: «Fue una cosa simpática porque al mismo tiempo me llamaron Los Tamara, que estaban en Suecia. Ya tenía el billete de avión para marchar pero surgieron Los Españoles y decidí quedarme en A Coruña».

Arcadio en seguida se dio cuenta de que el futuro de las orquestas no sería muy próspero, y fue entonces cuando decidió estudiar y formarse bien musicalmente. Tendría unos 27 años cuando empezó la carrera de en el Conservatorio Profesional de A Coruña; allí recibió clases de trombón, canto y guitarra, entre otras.

Una familia de aficionados

«A mis padres les gustaba que yo fuera músico, éramos una familia con mucho ambiente musical», señala Mon. Su tío y su padre también se dedicaban a esta materia, tocaban en orquestas de la zona, pero no se formaron profesionalmente como él.

Hoy en día dirige la Escuela de Música de Foz, en la que también imparte clases. ¿Cómo llegó a asumir la dirección de la escuela? Arcadio responde: «Estaba en A Coruña colaborando con una orquesta sinfónica y un grupo de jazz, mi mujer se vino para Foz a trabajar en Correos y yo no dudé en venirme también. Aquí se creó la escuela en la que entré de profesor y, más adelante, salió la plaza en el Ayuntamiento y me quedé en la escuela hasta hoy».

Además, Arcadio formó en colaboración con 17 amigos la Banda de Música, que dirigió hasta hace un par de años. Actualmente la escuela y la banda están consolidadas. Asegura que lo que más le entusiasma es la docencia, debido a que los niños le gustan mucho. Y en seguida apunta que «lo de ser director es una circunstancia que hay que llevar».

Mon no se decanta por un estilo de música en particular. «Soy de los que pienso que cada estilo tiene un momento adecuado, no podemos poner a Beethoven en una discoteca», bromea. Si le preguntan por un disco en concreto que le entusiasme, él contesta sin dudar: «Tengo tantos que me gustan que no sabría elegir. Sinatra, la música clásica o la de big band quizá son los que más me gustan».

Mon confiesa que está viviendo su época más esplendorosa porque «el pasado está pasado y el futuro está por venir». La satisfacción actual del músico es la posibilidad de tocar sus propias composiciones: «Nunca me gustó que en las orquestas tuviéramos que tocar la música que estaba de moda», recalca.

Arcadio acaba de formar un grupo con varios músicos expertos de la zona, el viernes inauguraron la noche de conciertos en Foz después del pregón de las fiestas. Para la ocasión, presentaron 12 temas nuevos, dos de ellos carecían de letra.