Gwyneth Paltrow se pasea por Galicia

Cristóbal Ramírez

A MARIÑA

Estuvo en el interior y la costa, de Palas de Rei a Cambados, para rodar una serie

05 nov 2011 . Actualizado a las 21:40 h.

La actriz norteamericana afincada en Londres Gwyneth Paltrow estuvo ayer en Cambados rodando una serie para la principal cadena de televisión pública norteamericana. En realidad, la ganadora de un Oscar por la película Shakespeare in Love ya había llegado a Galicia el lunes por la noche en un avión privado y tenía previsto regresar ayer por la tarde a la capital británica.

La llegada de Paltrow y los otros tres actores de la serie (la actriz catalana Claudia Bassols, el cocinero Marco Batali y el periodista del New York Times Mark Bittman) no pasó desapercibida, ya que la comitiva (casi 30 personas) iba en lujosos Mercedes acompañada por una pareja de la Guardia Civil de Tráfico. De todas formas, fueron pocas las personas que reconocieron a Gwyneth, puesto que marchó directamente a ver cómo se mariscaba y, después, todos juntos hicieron un recorrido por la localidad, causando un pequeño atasco en pleno día de concurrido mercado. Sin embargo, la gente de Cambados demostró ser paciente puesto que nadie protestó, en parte al distinguir a los motoristas uniformados, en parte por la curiosidad de ver un Mercedes descapotable («éche dos caros», decía una mujer que salía del Ayuntamiento) desde el que se filmaba de manera algo aparatosa el vehículo siguiente, cubierto, y en el cual viajaban los actores.

La serie, titulada genéricamente Spain... on the Road Again, tiene como motivo principal redescubrir para el público norteamericano la gastronomía tradicional para luego explicar los otros encantos de cada zona. Y predicando con el ejemplo, tras ver cómo se extraía el marisco, Paltrow, Bassols y sus dos acompañantes se instalaron a mesa y mantel en la pequeña, cincuentona y entrañable Casa Pintos, donde las dueñas les fueron poniendo, uno tras otro, varios platos acompañados de la breve pero suficiente explicación. Nadie le hizo ascos a nada, y los comensales se atrevieron con sus pinitos de pronunciación de palabras gallegas. «¿Zzzsssamburinhas?», preguntaban y repetían extrañados todos menos Claudia.

De Casa Pintos al pazo Baión, en Vilanova de Arousa. Sin tiempo para degustar los pinchos que les tenían sobre la mesa, Marco Batali preparó al aire libre una langosta a la plancha, con la cual invitó de nuevo a sus acompañantes. Y salió a relucir el albariño Vionta, producido allí mismo, del que todos prodigaron halagos ante las cámaras.

Claro que el público deberá esperar a ver el resultado final de las 12 horas diarias de grabación: la serie no se presentará terminada hasta dentro de un año. Tres de sus capítulos, de media hora de duración, están dedicados a Galicia. Y es que, como decía Charlie Pinky, el productor ejecutivo y director, «¡qué bien se come aquí!». «¿Y usted cómo lo sabe?». «Es que hace un par de años hice el Camino de Santiago en bicicleta desde León».