Ocho personas murieron en los últimos cinco años en accidentes de aeronaves

Xosé Carreira lugo

A MARIÑA

La mayoría de las líneas de alta tensión y las antenas de Terra Chá están deficientemente señalizadas El más grave fue el ocurrido el miércoles en el límite de la provincia

20 mar 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

?n los últimos años ocho personas perdieron la vida en accidentes aéreos ocurridos en la provincia de Lugo o en sus inmediaciones. El percance más grave ocurrió el pasado miércoles en Abres, territorio asturiano pero muy cerca del límite con Lugo. De las cuatro víctimas mortales, dos eran lucenses como ya se informó en los últimos días. Aún pendientes de que las correspondientes comisiones de Aviación Civil elaboren sus informes, todo apunta a que los últimos accidentes más graves -ocurridos en Ribadeo y Abres- se debieron a fallos de los tripulantes. El número de fallecidos en ambos fue de seis personas. En octubre del año 1999 un matrimonio sueco falleció al caer su avioneta en Monte Segade. El helicóptero de la Guardia Civil que se estrelló el miércoles en un monte de eucaliptos chocó con unos cables de alta tensión. La avioneta que el pasado 8 de agosto cayó al mar en las proximidades de Ribadeo lo hizo posiblemente porque el piloto no disponía de la visibilidad suficiente como consecuencia de la espesa niebla que había en la zona en el momento del despegue. En este percance murió el matrimonio que ocupaba la aeronave. Pilotos del Real Aeroclub de Lugo consultados ayer reconocieron que la mayor parte de los accidentes se debían a errores humanos. «Es difícil que fallen los aparatos porque tienen que ser sometidos a revisiones tras un número determinado de horas de vuelo», explicaron. De todos modos, alertaron de algunas situaciones que ponían en riesgo la navegación de las pequeñas aeronaves. «La mayoría de las líneas de alta tensión -informaron- no están adecuadamente señalizadas. Bien es cierto que un piloto tiene que sobrevolarlas a más altura pero hay que tener en cuenta que hay aeronaves, como es el caso de los helicópteros que efectúan trabajos o labores de vigilancia o extinción de ncendios». Los métodos utilizados para la señalización de los cables consisten, en la mayoría de los casos, en boyas de colores vivos. Otra de las advertencias efectuadas por los pilotos se refiere a las tres grandes antenas colocadas en el municipio de Cospeito para facilitar las comunicaciones aéreas y marítimas durante la Segunda Guerra Mundial. Estas torres metálicas no están señalizadas con luces rojas como sería lo deseable, toda vez que se encuentran en la ruta de aproximación hacia la pista de aterrizaje del aeródromo de Rozas. De todos modos, se encuentran reflejadas en las cartas aeronáuticas que manejan habitualmente los pilotos