Foz se llenó para escuchar a las evangélicas voces del grupo One A-Chord

Nuria Polo FOZ

A MARIÑA

El quinteto femenino de gospel interpretó temas conocidos de jazz y blues

01 ago 2002 . Actualizado a las 07:00 h.

Ayer Foz anocheció sumido en un «Amén» gospel. El grupo femenino One A-Chord vistió del color del jazz a todos los focenses que, sentados en sillas o apoyados en muros, afinaban el oído para escuchar la pasión de la música negra. «Música evangélica», la llaman los expertos, ritmo de una generación de cristianos que cantan a Dios con temas y letras terrenales. Los que asistieron al concierto sabían que tenían delante algo que no se escucha todos los días. Por eso decidieron ser puntuales a la cita y no abandonar la plaza del Conde Fontao, aunque a media actuación el tiempo amenazó con aguar la fiesta. Pero todos aguantaron, y prefirieron mojarse para dejarse llevar por el swing contagioso de las cinco componentes del grupo. Los ritmos lentos, caribeños o el conocido «Wonderful life» de Amstrong hacían que los turistas levantasen los brazos e inentasen tararear algunos temas con la misma voz ronca que emplean los cantantes de blues. Aunque parezca extraño, fueron los mayores de la zona los más interesados en ser los seguidores del grupo femenino de Nueva Orleáns. Probablemente supieran que aquello era más que música, se trataba de algo más; de un encuentro con las mejores artistas de gospel que han actuado en festivales como el de Jazz de Gronau o en el Festival Gospel de Chicago. Realmente, ayer a Foz sólo le faltaron las típicas mesas a media luz, camareros de chaqueta blanca y pista de baile. Y no importaba que hubiese quien entre letra y letra hablase del vecino de enfrente o de lo que iba a hacer mañana; porque todos ya tenían el alma invadida por una relajada excitación . Incluso había quienes salían a la ventana para oír y poblaban los bancos del paseo para unirse a una música que no transporta, que no narcotiza, sino que invita a la reflexión en silencio. Hora y media de actuación llegó a poco. Y muchos, al levantarse de la silla les pareció haber estado oyendo a Anita Baker o Whitney Houston.