Vecinos de Burela apelan a la Justicia ante las insoportables molestias de la «movida»

A MARIÑA

Residentes de catorce edificios denuncian al gobierno local por su «transigencia» y por permitir la música más alta en los pubs Hartos de las «insoportables molestias» que les causan locales de la «movida», vecinos de catorce edificios de Burela apelan a la Justicia con el propósito de que defienda su derecho al descanso. Indignados, arremeten contra el gobierno local del PP por su «transigencia» con esos hosteleros y le acusan de hacer «oídos sordos» a las trece denuncias y quejas que han presentado en los últimos años. Pero la gota que ha colmado el vaso de su paciencia ha sido la decisión de permitir aumentar el volumen musical en el interior de pubs y discotecas, donde podrá pasar de los 50 decibelios actuales a 90, según el edil nacionalista Manuel Parga.

14 jul 2001 . Actualizado a las 07:00 h.

Los denunciantes residen en edificios situados en el barrio de O Campón y en la Avenida Arcadio Pardiñas, donde se concentra la movida nocturna. Tras una reciente reunión, designaron una comisión para reinvidicar el cumplimiento de la ordenanza municipal de protección ambiental, modificada anteayer por el pleno para permitir más volumen dentro de los establecimientos. «Acorralados» Denuncian públicamente su situación al sentirse «acorralados» e «insultados» por esa decisión del gobierno popular. Le acusan de hacer «oídos sordos a la infinidad de quejas verbales y escritas» que han presentado y de «mirar para otro lado» cuando los hosteleros «no aplican las medidas correctoras en materia de aislamiento acústico». Además de afirmar que no vela por el cumplimiento de la normativa, sostienen que defiende «los intereses económicos de los propietarios de pubs y de locales» y se «muestra impasible ante las injustas quejas vecinales». Califican de «desolador» el panorama que tienen ante sí. Dicen que en sus casas perciben la música y las vibraciones de los pubs, lo que lleva a muchas familias a cambiar de residencia los fines de semana, «para poder descansar». Por si fuese poco, cuando intentan vender sus viviendas descubren que «están depreciadas por el problema de los ruidos». Culpan al gobierno local porque no controla que los locales nocturnos dispongan del aislamiento acústico exigido, porque les permite trabajar «con las puertas abiertas, que actúan como verdaderos altavoces», porque carece de aparato homologado para medir los niveles de ruido y porque no realiza inspecciones periódicas y, por tanto, no impone sanciones. «Empeora la situación» Lamentan que la Policía Local tenga «una presencia testimonial» y que la Guardia Civil «no actúe de oficio controlando horarios de cierre ni altercados de la calle». No dudan de que esa situación se agravará a partir de ahora porque las autoridades burelesas, no sólo «no aplican» las normas vigentes sino que las «reforman para suavizarlas, empeorando la situación». «No estamos en contra de la movida», subrayan los vecinos, quieren que se respete su derecho al descanso nocturno.