El filtro del covid lastra las visitas en los mayores monumentos turismo los datos

elena carrera / J.B. REDACCIÓN

AL SOL

EDUARDO PEREZ

Los aforos impiden un crecimiento de visitantes acorde al turismo

29 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

La catástrofe que el covid ha supuesto para el mundo del turismo y la cultura es innegable a estas alturas, a punto de cerrar el que ya puede catalogarse como el segundo verano pandémico desde el terrible marzo de 2020. Aunque sectores como la hostelería parecen sacar la cabeza del agua y poder, por fin, dar un par de bocanadas de aire, los grandes monumentos y destinos turísticos continúan con unas cifras más que resentidas, completamente mermadas por el paso del virus y todas las consecuencias que ha tenido en la forma de vivir la cultura.

Como todos los años, Galicia se convierte en el destino de multitud de visitantes que esperan, además de disfrutar de la costa, visitar algunos de sus monumentos y lugares más emblemáticos. Pero en todos puede verse el mismo fenómeno: la asistencia de turistas ha caído drásticamente con respecto a años anteriores donde reinaba la normalidad. Y aunque las cifras de turismo son mucho mejores que las del año pasado, en cuanto a asistencia y visitas, la diferencia no parece ajustarse a la realidad.

Ana Santorun, directora actual de la torre de Hércules, valora este verano como una época de contrastes. La construcción romana, única en el mundo -y, por supuesto, uno de los símbolos de Galicia- tan solo ha recibido poco más de nueve mil visitantes en todo el 2021. «7.500 de estos proceden de los meses de verano», informa la directora. Dentro de esta contabilización, en la que todavía no figuraba agosto, se ve como en los meses de junio y julio pasaron por el faro poco más de tres mil turistas. «Pueden parecer muchos, pero hay que tener en cuenta que, durante el 2019, sumamos más de 123.000 visitantes», recuerda Santorun. El contraste es esclarecedor.

«La cuestión no parte de un problema de turismo», explica la profesional. «En los alrededores de la Torre, puede observarse un movimiento de personas similar a cualquier otra temporada de verano. La razón por la que las cifras no ascienden más es por los aforos, por las medidas que tenemos».

BASILIO BELLO

«Solo podemos organizar visitas de un máximo de diez personas, y cada cuarenta y cinco minutos», relata la directora. Está claro que las medidas, aún siendo necesarias para garantizar la seguridad, impiden que muchos de los visitantes lleguen incluso a acceder.

Una disyuntiva similar se puede observar en datos recogidos de otros enclaves turísticos. El faro de Fisterra acogió durante el junio de 2019 -el último verano pre-pandémico- un total de 400 visitantes, que descienden a escasamente cien en el junio de este año.

El emplazamiento que sí parece remontar, probablemente debido a sus especiales características, es el de la playa de las Catedrales. Casi 94.000 personas reservaron plaza para pasar por el impresionante arenal tan solo en el mes de julio, y otras 64.000 en agosto, solo contabilizando hasta el día dieciocho, según datos de la Consellería del Medio Ambiente.

Las altísimas cifras que suman las Catedrales suponen un profundo contraste con otros emplazamientos legendarios que no cuentan con la importantísima baza del aire libre. Monumentos como la Torre o el faro de Fisterra se han visto obligados a configurar una intricada red de aforos y horarios limitados, que impiden que todos los interesados en conocer su interior puedan llegar a hacerlo. «Las entradas llevan meses agotadas», afirmó Santorun.

XOAN A. SOLER

Incluso la mismísima Catedral de Santiago, en pleno Año Santo, ha visto su afluencia mermada por la crisis sanitaria. Aunque los datos procedentes de la Xunta contabilizan hasta 75.000 peregrinos en lo que va de año, la dirección de la Catedral, sin capacidad para dar datos precisos al ser la entrada gratuita, reconoce un notable descenso frente a otras épocas donde el miedo al contagio no condicionaba la forma de viajar.

La playa de As Catedrais, el único destino que remonta en visitantes

 

 

Una disyuntiva similar a la de la Torre de Hércules se puede observar en otros enclaves turísticos. El faro de Fisterra acogió durante junio de 2019 -el último verano pre-pandémico- un total de 400 visitantes, que descienden a escasamente cien este año.

El emplazamiento que sí parece remontar, probablemente debido a sus especiales características, es el de la playa de As Catedrais. Casi 94.000 personas reservaron plaza para pasar por el arenal solo en el mes de julio, y otras 64.000 en agosto, contando hasta el día dieciocho.

Las altísimas cifras que suman As Catedrais suponen un profundo contraste con otros emplazamientos que, al no contar con la importantísima baza del aire libre, se han visto obligados a configurar una intricada red de aforos y horarios que impiden que todos los interesados en acudir puedan llegar a hacerlo. «Las entradas llevan meses agotadas», afirmó Santorun.

XAIME RAMALLAL

Incluso la mismísima Catedral de Santiago ha visto su afluencia mermada. Aunque los datos procedentes de la Xunta contabilizan hasta 75.000 peregrinos en 2021, la dirección de la Catedral, sin capacidad para dar datos precisos, reconoce un notable descenso frente a otras épocas donde el miedo al covid no condicionaba nuestros viajes.