El cantante por un lado está feliz. «Hemos superado el obstáculo y nos acercamos al millón de reproducciones». Pero, por otro, se siente indignado... «Ha sido una canallada sin pies ni cabeza y un ataque contra la libertad de expresión y artística. Estamos en manos de unas plataformas que no tienen los códigos de la sociedad europea, son más puritanas y gobiernan lo que producimos audiovisualmente. Hay que protestar. Si no la censura se acabará convirtiendo en norma».
Eso sí, sobre la manía de situar a un hombre rodeado de mujeres en la cubierta de un yate, Castejón dice que «es mi manera de expresar lo que dice la canción». «Cuando creo arte no debo responder por qué esto y no lo otro. La razón es que me da la gana a mí, como si me apetece poner un sol y un re, en lugar de un do y un fa». «Quien eche una ojeada a mis vídeos verá que yo también salgo con poca ropa», añade. En lo de exhibirse no miente. Su canción lo dice: «Dale, ven conmigo, nena, que como yo no hay ninguno».