De C Tangana a The Weeknd, estas son las canciones del verano

c.portolés REDACCIÓN / LA VOZ

AL SOL

C. VILLAVERDE

La lista de éxitos de la temporada estival es este año más variopinta

18 ago 2021 . Actualizado a las 05:00 h.

Segundo verano con el bicho a cuestas. A pesar de que este año, gracias a la vacuna, veamos un halo de luz al final del túnel, las mascarillas nos siguen machacando las orejas, la distancia de seguridad no nos permite abrazarnos y los conciertos se siguen viendo con el trasero plantado en una silla. Por mucho que a algunos les guste caminar por ahí con una venda en los ojos, la normalidad todavía no ha retornado.

Con menos conciertos, menos fiestas (legales) y menos festivales, se hace difícil encontrar un hit del verano como los de antes. De esos que, por unos meses, suenan en bucle en los chiringuitos, en los ascensores, en la casa del vecino, en los supermercados, en la radio, en los tonos de llamada, en las discotecas, en los bares y, si uno se descuida, hasta en el cuarto de baño.

Sin embargo, aunque haya sido una temporada algo menos boyante, sí ha habido un puñado de melodías que se han repetido más que el resto en los altavoces de los diezmados juerguistas. A pesar de que sea misión imposible encontrar una campeona indiscutible, se puede trazar un podio de temas que se han abierto camino en este desolador panorama. Algunos expertos señalan que, incluso en esta frugal situación, ha emergido un puñado de reyes de la temporada estival. Los hay que llegan al éxito con retraso, pero peor es no llegar. Según cuenta Edu Romero, De R Music DJ's, «llevamos más de un año sin fiesta, así que se ha demorado todo un poco. Hay canciones que están triunfando un año después de su salida». La lista de los temas que más están sonando en bodas y eventos es un adefesio poliédrico con presencia de lugares muy dispares del espectro musical. Blinding Lights de The Weeknd, Todo de ti de Rauw Alejandro, Vida de rico de Camilo o Tú me dejaste de querer de C tangana son algunos de los títulos que han salido a la palestra en esta búsqueda. Pop intenso, reguetón duro y flamenquillo fusionado compartiendo espacio. Algo así como ver a una abuela bailar Iron Maiden y a un punki vibrar con Camilo Sesto. Como el niño que aprovecha los grifos de refresco del bufé libre para mezclar todas las bebidas a su alcance. Un popurrí extraño para un verano extraño.

Los que trabajan en el sector, también apuntan a un cambio en los ritmos de la industria. Mark Deluxe, pinchadiscos de la archiconocida discoteca Pelícano de A Coruña, señala que «Desde la pandemia ha cambiado el estilo. Antes los éxitos eran más bailables y ahora están siendo más poperos. En las listas casi todo es más relajado».

 Sin embargo, también advierte de que este cambio estilístico general no augura ni por asomo la muerte de géneros como el reguetón. «Lo que pasa es que los que hacen esa música están tratando de diversificar y expandirse a otros géneros para no quemar sus métodos», señala Deluxe.

Todo parece indicar que, este verano (que como mucho ha sido un veranillo), ha sido una muestra ecléctica de acordes que fluyen desde muchos lugares distintos. A pesar de las restricciones, la música ha seguido ocupando un lugar destacado en las vacaciones de mucha gente. Aunque no se pueda bailar como antes, ni cantar a pulmón pleno, ni ensardinarse en una sobrecargada y agobiante sala de fiestas, sigue habiendo lugares y formas para poder disfrutar de los cantos del verano. Porque aunque haya simulacros de apocalipsis, la música siempre se abre paso.

Los recuerdos de Gayoso

 Xosé Ramón Gayoso es de los que llevan en esto toda la vida. Durante décadas ha sido el rostro reconocible de un envidiable racimo de exitosos programas de variedades en la televisión gallega. Su peripecia se ha extendido incluso a los campos del deporte y la música. La estela de Gayoso está cincelada con firmeza en la nutrida historia del espectáculo y el entretenimiento. Recuerda con ternura los días pasados de chiringuito y colchoneta en los que la canción del verano era algo más que un estribillo pegadizo. «La canción del verano siempre se ha caracterizado por causar fiesta y alegría, tenía connotaciones sociales. Se extendía por toda la población». A pesar de que admite sentirse algo rezagado con los nuevos temas que agitan los garitos y las caderas, se confiesa fascinado por los avances en las formas y los métodos de hacer música. «Hoy cualquier chaval desde su casa con un ordenador hace lo que nosotros hacíamos en los ochenta con un estudio y todo un equipo detrás», dice.

La música ha sido una de las constantes inamovibles en la longeva carrera de este hombre-espectáculo. Ahora echa la vista atrás, hacia canciones de otros veranos.