Luis Piedrahita: «El confinamiento nos ha entristecido, no se puede sacar nada bueno de ahí»

AL SOL

DIEGO_MARTINEZ

Actúa en A Estrada haciendo un repaso a los mejores monólogos de su carrera «y algunos de los peores»

21 ago 2020 . Actualizado a las 15:18 h.

La castigada agenda de espectáculos gallega tiene esta noche un pequeño rayo de luz en A Estrada. Allí, en el jardín de A Casa do Lagoeiro (Vilar, 17), Luis Piedrahíta se dedicará a dibujar sonrisas dentro del ciclo Solpores no Lagoeiro. Será a las 21.30 horas.

-Llega en gira grandes éxitos.

-Sí, es una gira mundial por Galicia. Vengo con una recopilación de mis mejores monólogos y también algunos de los peores.

-¿Por qué? Para que los buenos brillen más?

-Claro [risas].

-¿Se siente uno como Beyoncé cuando una sale en modo «greatest hits»?

-Exactamente. Son los textos que la gente ya ha podido escuchar en televisión, en El club de la comedia o en El Hormiguero, pero también hay alguna cosa nueva para el fan recalcitrante que quiere verse sorprendido.

-¿Cambian en el directo?

-Efectivamente. Es imprescindible. Y te digo por qué: yo siempre he hecho un humor muy costumbrista y cosido a lo cotidiano y la realidad del día a día. Esa realidad ha sufrido un cambio brutal en los últimos meses. Yo quería hacerle un homenaje a nuestra cotidianeidad, que se está desvaneciendo y nos estamos olvidando de ella. La homenajeo con un grandes éxitos mostrando lo que fue. El planteamiento del espectáculo es ese: una especie de promesa de que llegará un día en el que vendrá una realidad espectacular y emocionante que es la que ya conocíamos. Es una especie de nostalgia del futuro. Echamos de menos algo que todavía no ha sucedido.

-¿Ha sido productivo el encierro para su trabajo?

-Creo que el confinamiento ha sido una mala noticia en todos los aspectos. Nos ha entristecido a todos, a los artistas y a las personas que disfrutan del arte, Ha entristecido a los médicos y a los pacientes. Ha sido un entristecedor total, no se puede sacar nada bueno de ahí. ¿Que alguien ha podido sacar rédito o tenido cuatro ideas felices? Puede ser, pero en general ha sido pésimo.

-Cuesta creer no haya tenido ninguna idea.

-Hice unos tutoriales de magia para que los padres pudieran poner a los niños que estaban confinando en casa. Durante meses estuve colgando diariamente un vídeo en el que explicaba un juego muy sencillo con elementos que todos tenemos en casa para que papá y mamá pudieran entremeter a sus pequeñas bestezuelas. Quedaron muy bonitos y algunos han tenido muchísimo éxito. Están en mi Facebook y mi Instagram y algunos tienen más de dos millones de visitas. Pero la verdad es que hubiera preferido no haber tenido que hacerlos.

-¿Se siente un poco niño?

-Ser un poco niño tiene cosas buenas y malas. Ser niño es la libertad por antonomasia. Todavía no estamos cargados de preocupaciones, obligaciones y conocimiento. Es una libertad que tiene cierta imprudencia y descerebre. Eso no es muy bueno. En la vida aspiramos a ver de qué va el mundo y el niño no lo sabe. Esa inocencia es maravillosa pero es necesario aspirar a saber de qué va el mundo sin perderla. No vale con asistir a tres o cuatro lecciones y creer que ya te lo sabes. No, cuando sepas de qué va el mundo, conserva la inocencia y sigue creyendo que hay más que aprender. La eterna curiosidad, el apetito constante de conocer cosas, el no parar de preguntar por qué por qué y por qué... esa es la faceta del niño que tenemos que conservar.

-Ummm..., no ha contestado.

-¡Ah! ¿Si soy de esas personas que quiere seguir siendo niño? Bueno, como decía Julio Camba, «yo ya no soy un niño pero espero llegar a serlo algún día».

-Le hemos visto recientemente junto al youtubero Jaime Altozano hablando de Mozart como un experto musicólogo. ¿Qué otras sabidurías suyas tiene ocultas y nos sorprendería conocer?

-Bueno, en España no se habla de ello y prefiero que no se sepa mucho, porque realmente no ejerzo aquí. Pero yo soy un gran neurocirujano en otros países. Puedo operar columnas vertebrales y bulbos raquídeos casi con una mano a la espalda. En España no me he prodigado mucho, igual que con la musicología. Pero hay países donde me paran por la calle. Primero me piden un autógrafo y luego la chica se tira al suelo y me pide que la opere

-Mejor dejar esta pregunta al final, para que no trascienda.

-¡Claro para que no me pidan que opere en plena calle!