José Monroy: «No se puede estar en el taxi a 30 grados y con pantalones largos»

xandra hernández m.

AL SOL

Monroy niega que tras la adopción de la falda como vestimenta haya un gesto de protesta
Monroy niega que tras la adopción de la falda como vestimenta haya un gesto de protesta XOÁN CARLOS GIL

Este profesional del volante viste falda los días de calor «para adaptarse a la normativa» del Concello de Vigo que prohíbe utilizar el pantalón corto

26 ago 2019 . Actualizado a las 13:40 h.

«Os condutores de vehículos de taxi están obrigados a coidar o aspecto e o aseo persoal e vestirse axeitadamente para o servizo. Queda prohibida a utilización durante a prestación de servizo de chándal, roupa de deporte, camisetas de tirantes, chanclas e pantalóns curtos». El veto a esta última prenda, recogido en la ordenanza municipal reguladora del taxi en Vigo, levantó una polvareda a comienzos del verano. Varios profesionales de la ciudad fueron al trabajo vistiendo falda, en lo que enseguida se interpretó como un gesto de protesta.

La normativa no implica que los conductores de taxi se vean obligados a llevar pantalón largo incluso durante los días más calurosos del verano. Tampoco prohíbe llevar falda, ni a las mujeres ni a los hombres. No se detalla ningún tipo de vestimenta específica por sexo y ha habido tres taxistas que se han adaptado al pie de la letra al texto... llevando falda para ir más frescos -sostienen- cuando se dispara el termómetro.

«Me la he puesto para trabajar unas diez o doce veces porque hacía calor y porque voy muy cómodo», cuenta José Monroy, que decidió adaptarse a la nueva normativa a su manera. Asegura que, en general, a los clientes les parece bien que vistan falda si así están más cómodos, ya que es entendible que desechen el uso del pantalón largo los días de verano. Donde hay más división de opiniones es entre los propios taxistas. Unos apoyan a sus compañeros en falda, pero dicen no verse capaces de hacer lo mismo y optan por el pantalón largo. Otros, sin embargo, critican a sus compañeros por llevar este peculiar atuendo. Y no faltan comentarios insultantes.

«Si no nos dejan ir en pantalón corto, tendremos que ir en falda, que no está prohibida», explica con determinación Monroy. Pero niega que su decisión y la de otros compañeros haya sido adoptada en señal de protesta. Mantienen que «es precisamente para adaptarse a la nueva normativa y no incumplirla», reseñan.

«Así estoy muy fresco»

El vestuario alternativo surgió de manera espontánea y por iniciativa propia antes de la aprobación del cambio en la ordenanza reguladora del servicio de Ayuntamiento de Vigo. Lo hablaron, apunta, y les pareció una buena solución para no sacrificar su comodidad y bienestar, sin tener que incurrir en incumplimientos. Algunos profesionales del volante lo comentaron entre ellos, fue de boca en boca, y cuando salió publicada la ordenanza ya fueron libres para calzarse la falda quienes así lo decidieran. «Individualmente, cada uno por su cuenta y riesgo se compró una o la pidió prestada y se la puso. A mí la mía me encanta, es bien bonita y muy cómoda. He descubierto que así estoy muy fresco», cuenta Monroy.

Lo cierto es que la polémica ha perseguido al sector. El cambio normativo para vestir con «más decoro» lo había promovido la Asociación de Autopatronos de Vigo, que es la mayoritaria en el gremio. A principios del pasado junio, denunciaron ante el Concello a uno de los taxistas por llevar falda alegando que esta incumplía la normativa municipal. Sin embargo, la denuncia fue retirada a los pocos días, coincidiendo con el gran apoyo público que en las redes sociales había recibido el conductor.

Roberto Costas, presidente de la Asociación Élite Taxi, explica que ellos presentaron una alegación ante la junta de gobierno local, antes de que fuera aprobada definitivamente la prohibición, en la que propusieron modificar el texto y especificar un tipo de pantalón corto formal que sí estuviera permitido para aquellos taxistas que quisieran vestir esa prenda. Pero el consistorio ya había entendido que la anterior propuesta tenía apoyo mayoritario en el sector y rechazó la modificación propuesta.

«A nadie le importa que lleve falda siempre que haga mi trabajo como tengo que hacerlo»