«Perdone, señora, ¿dónde se coge el catamarán de Santiago a Vigo?»

Javier H. Rodríguez / R. R.

AL SOL

Un grupo de visitantes hace cola a las puertas de una oficina de información turística en la ciudad de Ourense
Un grupo de visitantes hace cola a las puertas de una oficina de información turística en la ciudad de Ourense MIGUEL VILLAR

Estas son algunas de las delirantes preguntas que hacen los turistas cuando llegan a Galicia

14 ago 2019 . Actualizado a las 12:22 h.

Desde el cura subido al botafumeiro hasta el ascensor de la torre de Hércules. Las preguntas que hacen los visitantes cuando desembarcan en Galicia rozan el absurdo, pero provocan risa y estupefacción a partes iguales.

Tanto los trabajadores y trabajadoras de las oficinas de turismo como los de las empresas de transporte están acostumbrados a desmontar falsos tópicos sobre los lugares más emblemáticos de la geografía gallega. A lo largo de los años, muchos de ellos incluso han ido recopilando las historias más fuera de lo normal que han vivido. A continuación hemos seleccionado las mejores.

El misterio de los hórreos

Combarro, tierra de enanos. Una de las historias más surrealistas que recuerdan en la Oficina de Turismo de Combarro gira en torno a las dudas que suscitan en los turistas estas construcciones típicas de Galicia. Cuentan que una señora llegó a la oficina para comentarles la fascinación que sentía al ver «esas casas tan extrañas levantadas del suelo», pero que le sorprendía todavía más lo baja que tenía que ser la gente que vivía en Combarro para poder llevar una vida cómoda en los hórreos. ¡De locos!

Conexión con los espíritus. Desde las oficinas de Santiago cuentan que también han tenido que explicar más de una vez la utilidad de los hórreos y, en una ocasión, mientras los turistas se quedaban alucinados con el invento, desmentían el tópico que traían de que eran una especie de tumba en la que enterrar y velar a los muertos. Pues no. En los hórreos siempre se han guardado las cosechas para mantenerlas alejadas de los animales y de la humedad. Lo demás, solo leyendas populares.

La otra torre de Hércules

¿Dónde está el ascensor? Uno de lo puntos más simbólicos del norte de Galicia es, sin duda, la Torre de Hércules. Pese a sus 2.000 años de antigüedad y su prominente estructura de piedra, todavía hay personas que en la recepción preguntan por «el ascensor para subir» o incluso por la «famosa rampa de caracol».

Aunque, a decir verdad, la pregunta que se lleva la palma fue la de un hombre que acababa de subir las escaleras infinitas de la torre. Una vez arriba, fatigado por el esfuerzo, se acercó al puesto de información y les dijo: «¿Me podrían servir un café con leche?».

Las Cíes impresionan

En coche por las islas. Desde la naviera Nabia recuerdan con humor una situación que ocurrió hace un par de semanas. Una pareja de mediana edad compró su billete para viajar a las Cíes poco después de dejar su coche en el párking de la estación marítima.

Ilusionados por el trayecto en barco, se dirigieron a un miembro de la tripulación para preguntarle dónde podían recoger su coche. Manteniendo el complejo equilibrio entre la risa y el respeto, la encargada les explicó que todavía no existía el ferri hacia las Cíes y los pasajeros, un poco decepcionados, tuvieron que visitar las islas a pie. Es decir, como todo el mundo.

La lluvia despista un poco. En la naviera cuentan con una larga lista de situaciones y preguntas que surgen especialmente los días de lluvia. Por ejemplo, cuestiones como el precio del autobús turístico o de los taxis por el archipiélago son las más comunes. Aunque también ha habido algún despistado que se ha atrevido a preguntar si los barcos se hundían al llover o si existía un «gran puente» que conectase el parque nacional con la ciudad de Vigo. La verdad es que imaginación no les falta.

Anécdotas de Compostela

La historia de la catedral. No cabe duda de que la catedral de Santiago de Compostela maravilla a turistas de todos los lugares del mundo y es, entonces, cuando suelen surgir preguntas sobre su historia. Uno de los casos más curiosos que recuerdan en la capital es el de un visitante que quiso saber, con la mayor exactitud posible, «cuándo se había colocado la primera piedra». Guías e historiadores todavía están tratando de descifrar semejante cuestión.

Turistas, a la espera de entrar en la catedral de Santiago, en la puerta de Praterías
Turistas, a la espera de entrar en la catedral de Santiago, en la puerta de Praterías SANDRA ALONSO

En catamarán por el Sar. Sin duda, una de las confusiones más alocadas que han vivido los profesionales del sector turístico en Santiago fue la de una pareja que quería comprar un billete que los llevase a Vigo. Hasta ahí podría parecer algo habitual, pero el problema era que quería viajar en catamarán. Y aunque los trabajadores se esforzaron en enseñarles unas nociones básicas de geografía gallega, se ve que se mostraron muy insistentes y ansiosos por navegar el Sar río abajo.

El «volcán» de Fisterra. Puede que los turistas más cosmopolitas vean a Galicia como un territorio pequeño y fácil de abarcar. Puede ser. Aún tomándolo por cierto, los trabajadores de la Oficina de Turismo de Santiago de Compostela ya han recibido preguntas sobre el calendario de bomberos de Ferrol, si estaba activo «el volcán de Fisterra» o sobre «la independencia de Vigo». No debería extrañar que en ocasiones lleguen a dudar si los turistas van en serio con semejantes inquietudes.

Pese a todo, la pregunta que tienen señalada en rojo en la libreta donde apuntan estos hitos desternillantes es la que hizo una señora sobre «esa gente con bastones y mochilas» creyendo, contra todo pronóstico, que eran escaladores profesionales.

Confusión en la oficina

¿Puedo pedir vez para la peluquería? Si hay algo que una a todas y cada una de las oficinas de turismo de Galicia son las confusiones de los visitantes sobre los servicios que ofrecen cuando entran por la puerta.

Pedir vez para la peluquería, recargar el teléfono móvil, comprar cartas astrales y beber todo tipo de bebidas alcohólicas son solo algunas de las peticiones más fuera de lugar que han escuchado y que ahora llenan sus largas listas de anécdotas.