O Salnés, cuando la Toscana está en casa

AL SOL

MONICA IRAGO

La comarca vitivinícola de las Rías Baixas no tiene nada que envidiarle a la popular región italiana

26 ago 2018 . Actualizado a las 14:04 h.

Es uno de los rincones más evocadores. El lugar en el que seguro que piensan -comentario sin valor demoscópico- uno de cada cinco lectores si se les pregunta por un destino vacacional que encarne el cielo en la Tierra. La Toscana es uno de los enclaves más visitados de Italia. Suaves colinas, viñedos, cipreses, pueblos medievales y una gastronomía premium marcan su carácter. Es esta condición de región idílica lo que tal vez lleve a que todos se quieran parecer a ella. Pero, sin tener que cruzar el Mediterráneo, en Galicia una comarca vitivinícola aúna buena parte de los ingredientes por los que repensarse un viaje a tierras de los Apeninos.

En O Salnés no hay cipreses ni proliferan los coquetos cascos medievales. Pero sí pazos centenarios y un singular valle repleto de viñedos que casi tocan el agua. No es el Tirreno, en este caso, sino el Atlántico, que baña la ría de Arousa. «Compartimos la particularidad de ser zonas vitivinícolas en un valle donde la vid llega a primera línea de la costa, pero el paisaje no se parece en nada al de la Toscana», apunta María Otero, responsable de comunicación de las bodegas Martín Códax, en Cambados. La diferencia no resta méritos. «Somos atlánticos y nuestro horizonte lo condiciona el minifundismo de los viñedos. Terrenos de pequeños viticultores con una personalidad que también es parte de nuestra esencia», incide Otero.

MARTINA MISER

Paisaje de premio

En Vilanova de Arousa se encuentra una de las fincas más emblemáticas, la de Pazo Baión, propiedad de la cooperativa Condes de Albarei desde el 2008. Tiene el «mejor rincón o paisaje enoturístico español», según los premios de enoturismo Rutas del Vino de España. Un reconocimiento concedido en el 2016 y con vigencia durante dos años. «Nuestra belleza es completamente distinta. Aquí tenemos el sistema de emparrado. Una viña que crece en altura. No es ni en vaso ni en espaldera, como en la Toscana. Es lo que hace tan singulares y auténticos nuestros paisajes», resalta Eugenia Castro, directora de comunicación de Condes de Albarei.

El color también presenta otro matiz diferenciador. «Tenemos un clima más húmedo, por lo que los verdes aquí son más intensos. Es nuestro toque atlántico. En otoño, sus tonalidades rojizas también son muy atractivas», detalla Castro. «Me sorprendió más de lo que me esperaba. Un horizonte lleno de viñedos mezclados con la arboleda que rodea el pazo Baión. Recuerdan a esas imágenes de la tan famosa Toscana, pero están aquí al lado, en Galicia», comenta Dani Díaz, uno de los turistas que este verano se ha acercado hasta la bodega. Como en Martín Códax o Condes de Albarei, en Paco & Lola (Meaño) el enoturismo es, después de la producción de la Denominación de Origen Rías Baixas, la segunda actividad de la bodega. «Cando chegas aquí en coche, a paisaxe sorprende. Emparrados que salpican o espazo espallados en pequenos terreos», cuenta Laura Cochón, responsable del departamento de enoturismo de Paco & Lola. Cochón destaca el incremento de enoturistas extranjeros. Una de sus propuestas, Son & Sal, incluye conciertos y cena a bordo de un barco en la ría. En Martín Códax hablan de un incremento de visitas del 15 % en cinco años. Condes de Albarei define a estos visitantes como wine lovers.

Dani Díaz

Según un estudio de Turismo de Galicia, la enogastronomía es el segundo motivo que más turistas arrastra a Galicia. El albariño y el entorno en el que se encuentran las bodegas son uno de los motores económicos de una comarca para conocer entre copas.