Sed de vino y fiesta en Cambados

AL SOL

MARTINA MISER

Rías Baixas pone a la venta 35.000 copas, y todo apunta a que se agotarán

02 ago 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

¿Quién dice calor? No importa. El Albariño puede con todo. La fiesta arrancó ayer al mediodía con lleno y las voces más autorizadas -Concello de Cambados, Consello Regulador Rías Baixas y Diputación de Pontevedra- auguran que habrá mucha, mucha gente. Por de pronto, los 35.000 catavinos que ayer se empezaron a despachar en mostrador parece que llegarán a poco. El año pasado se agotaron, y esta vez podría darse la misma situación. La venta de copas es una de las variables que sirven para medir la afluencia de público a la fiesta más popular y populosa de Cambados. La venta de botellas, la cantidad de basura generada o la ocupación de los párkings públicos y privados son otros, pero ya llegará el lunes para hacer cuentas. Hasta entonces, quedan muchas horas por delante para disfrutar de una fiesta que cumple su sesenta y seis edición gozando de la mejor salud. Algunos opinan, especialmente desde el sector, que el binomio Rías Baixas y multitudes no es el más adecuado para la proyección de esta denominación de origen, por eso el consello regulador decidió hace ocho años crear un espacio para la degustación de sus vinos, más sosegada y profesional, que abre este mediodía sus puertas en el salón Peña. A pocos metros de allí, 44 bodegas y cooperativas descorchan miles de botellas para un público, quizá menos exigente, pero que gusta del placer de compartir un brindis y una conversación. Esa es la esencia de la Festa do Albariño; es el mejor pretexto para reencontrarse con amigos y familiares, que en muchos casos prefieren volver a casa al calor de agosto en vez de por Navidad. El epicentro de la fiesta se sitúa entre A Calzada y Fefiñáns, aunque en los últimos años el Concello está tratando de diversificar la oferta cultural por todo el pueblo. La música es otro de los pilares del Albariño, con más de una docena de conciertos en cartel, amén de verbenas, pasacalles, charangas y espectáculos circenses y monólogos.

Las camisetas con lemas, a cada cual más ingenioso, diez mil sombreros de paja gentileza de Abanca y copas colgadas del cuello se han convertido, sin pretenderlo, en la indumentaria oficial de esta cita. La solemnidad de las capas del Capítulo Serenísimo do Albariño tendrá que esperar al domingo. Hasta entonces queda mucho por beber, y mejor hacerlo «con sentidiño e a barriga chea». La recomendación es de Merchi Álvarez, la pregonera.