Este es el Sanxenxo escondido

AL SOL

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La capital turística de las Rías Baixas posee muchos más encantos que Silgar

15 ene 2020 . Actualizado a las 19:50 h.

«Este era un pequeño pueblo que vivía exclusivamente del mar. Ahora quedan marineros, pero muy pocos». La descripción es de Jaime Martínez, propietario del Hotel La Terraza. Su abuelo abrió el establecimiento en 1915, es el más longevo de un municipio con más de 215 hoteles. No hay otra localidad en Galicia que tenga tantos por metro cuadrado. Sanxenxo es la perfecta epítome de lo que debe ser un lugar de veraneo. A veces, para pesar de sus vecinos. Pero, la capital turística de las Rías Baixas saca pecho en sus últimas campañas en las que presume de contar con más atributos que la archifamosa playa de Silgar y el exclusivo puerto deportivo donde atraca su flamante yate nada menos que Amancio Ortega. Un turismo sostenible, slow, como se estila y demanda tanto, alejado del bullicio y en contacto con la naturaleza también es posible en este icono del verano gallego.

VISTAS DE LOS ACANTILADOS DE PUNTA MONTALVO EN SANXENXO
VISTAS DE LOS ACANTILADOS DE PUNTA MONTALVO EN SANXENXO emilio moldes

Récord de senderos

La localidad que cada verano ve cómo se multiplica por ocho su padrón, de 17.500 vecinos crece a 130.000 moradores, más que los habitantes de Ourense, es el municipio con más playas reconocidas con la bandera azul en España. Pero también presume de otro récord estatal: 25 kilómetros de senderos azules. Seis sendas por sus acantilados incluidas en la Ruta del Padre Sarmiento. La variante del Camino Portugués creada por el erudito benedictino. Un paseo que permite recorrer a pie la sinuosa costa donde la ría de Pontevedra se funde en el océano y donde se halla el cabo más próximo a la isla de Ons, punta Faxilda, muy popular en Instagram gracias a una iniciativa vecinal: aquí se colocó otro de los «bancos más bonitos del mundo». Sentados en él se divisan Sálvora, Ons, Onza y las Cíes.

Playa de Canelas, en Portonovo
Playa de Canelas, en Portonovo Emilio Moldes

Calas tranquilas

Los 36 kilómetros de costa del ayuntamiento que bañan la ría de Arousa, la de Pontevedra y el Atlántico dan para mucho. Playas de arena fina y blanca en forma de media concha como la de Canelas o Paxariñas, arenales más extensos para pasear como el de Areas o Pragueira, otros arropados por un denso pinar como el de Montalvo, playas nudistas como la de Bascuas y otras perfectas para surfear como la de Foxos o A Lanzada conforman uno de los principales reclamos de la villa donde ya veraneara la Pardo Bazán. Y, aunque muchos se pelean por un hueco para ver y dejarse ver en Silgar, a unos cinco kilómetros y sin salir del término municipal se puede disfrutar del silencio, al menos en los días de semana, en calas como la de Area de Agra.

Cuna del albariño

«Aquí están algunhas das cepas máis antigas da uva albariña», asegura Jaime Corral. El vecino y propietario de una conocida librería sanxenxina es uno de los cronistas locales del municipio. Verdad o no, lo cierto es que a unos 500 metros de la «macizada» Silgar, como la define Corral, en el corazón de la parroquia que le da nombre al ayuntamiento, San Xinés de Padriñán, se encuentra una de las bodegas donde poder encontrar una alternativa al turismo de sol y playa. Sobre todo, cuando el astro rey no calienta lo suficiente para extender la toalla. «Hay visitas guiadas de 11.00 de la mañana a 19.00 de la tarde por 3,50 euros», apuntan desde Adega Eidos. Con vistas a la ría de Pontevedra, en su oferta enoturística se pueden catar los tres vinos albariños que producen en sus viñedos.

CASTRO DE A LANZADA CON LA CAPILLA AL FONDO
CASTRO DE A LANZADA CON LA CAPILLA AL FONDO emilio moldes

La necrópolis

En A Lanzada todos los vecinos habían escuchado hablar de un importante castro pero nunca se imaginaron que bajo la arena se escondía toda una necrópolis. El entorno en el que se encuentra el asentamiento arqueológico no pasa desapercibido: a los pies de una ermita del XII construida en una pequeña península rocosa y sobre otro templo más antiguo ligado a la fortaleza erigida en el siglo X para la defensa de Santiago de los normandos. Al parecer, cayó en las revueltas irmandiñas. Las pedradas que se lanzaban pueden ser el origen del topónimo de la famosa playa y del ismo que une la localidad con O Grove.

MARISMAS DE ROUXIQUE EN VILALONGA
MARISMAS DE ROUXIQUE EN VILALONGA emilio moldes

Marismas protegidas

Hay rincones que se libraron del desaforado urbanismo. El Complexo Intermareal Umia-O Grove es un paraje declarado Espacio Natural que también toca al ayuntamiento en la parroquia de Vilalonga. Aquí están las salinas que le dieron el nombre a la comarca: O Salnés. Una importante reserva ornitológica donde se reúnen multitud de especies para alimentarse durante las migraciones. Uno de los humedales más importantes de Galicia. «El turismo empezó en Sanxenxo a la sombra de A Toxa», cuenta el propietario del Hotel La Terraza. A comienzos del pasado siglo las aguas termales eran el principal motor turístico. Hoy, la localidad pontevedresa compite con la vecina isla en oferta termal con media docena de spas. Tres de ellos en hoteles de cuatro estrellas y vistas al mar.

Los furanchos y las tabernas de Portonovo, desde donde salen barcos a Ons, son otras de las alternativas que ofrece el epicentro turístico de las Rías Baixas. Su proximidad con destinos como O Grove, Cambados, Combarro, San Vicente do Mar o Armenteira, donde está el monasterio cisterciense de mediados del siglo XII y el inicio, o fin, de la Ruta da Pedra e da Auga, añaden alicientes para visitarlo.