El concierto

inés rey CON SANDALIAS

AL SOL

06 ago 2017 . Actualizado a las 18:01 h.

Me di cuenta de que me había hecho mayor cuando al leer los nombres de los 700 grupos que tocaban en el festival de verano de mi ciudad no conocía a nadie. A ninguno. Ni al cabeza de cartel. Este verano, aprovechando los cientos de conciertos gratuitos y festivales de entrada libre que hay por toda la geografía gallega, mi hermana mayor decidió que el mejor plan para celebrar mi cumpleaños era ir a un concierto. Pero pagando, que tiene más solera. Cogió cuatro entradas, una para cada hermana, por Internet, «que así elegimos buenos sitios». No habrían sido malos de haber interpretado el plano del recinto al derecho, pero dios no la dotó con el don de la abstracción, así que tenemos cuatro entradas laterales y en la zona más alta. «Yo prefería foso, para bailar», protesto. Tú a callar, que eres la pequeña. ¿No ves, metroymedio, que tú abajo no ves el escenario? Además, estamos al lado del bar, que lo vi en el plano». «Tú ves lo que te interesa», le reprocho mientras aprovecho para ir a por algo de beber. Como no tengo manos para cuatro vasos, cojo uno de los grandes. «Compartimos», les digo. Nos vamos pasando rápidamente el vaso de una a otra para que no se caliente, hasta que en la cuarta vuelta se acaba. «Tú has bebido más que yo». Ya empezamos con las regresiones infantiles. Levanto a toda la fila y voy al bar a por otro caldeiro. Noto las miradas asesinas del resto de espectadores clavándose en mi nuca. Seguimos hidratándonos, pero esta vez en la tercera vuelta ya no hay cerveza. «Vete a por otro, que tengo que beber por la retención de líquidos». Acato la orden, que por algo soy la pequeña y llegué diez años más tarde de lo previsto. Ahora que ya nos hemos gastado cuarenta pavos en cerveza y me he perdido la mitad del concierto en la cola del bar, pasa lo que me temía: «Me hago pis», dice una. «Te aguantas. ¿No tenías retención? Pues retén», decimos las demás. «Eso, quietecitas un rato», dicen los de atrás. Entre la cerveza y las discusiones, llegan los bises. «Ahora ya podemos ponernos de pie y bailar» dicen. «Mejor nos sentamos, que no dejamos ver a los de atrás», digo yo. «Tranquila, que se sienten las señoras y tú te quedas de pie, que vemos igual». El año que viene de festival. Lo juro.