San Fins do Castro, la fiesta de los dos tiempos

AL SOL

ANA GARCÍA

El 1 de agosto toca ir de romería a Cabana

30 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

San Fins do Castro, en el municipio de Cabana de Bergantiños, podría pasar como una de las múltiples romerías que hay en Galicia, pero no lo es. En la agenda de la Costa da Morte, San Fins, santo milagreiro -dicen que sobre todo para las verrugas-, tiene su día inalterable, el 1 de agosto. Por más que viene de muy atrás, el encuentro no se entendería sin el trabajo y la figura del párroco Saturnino Cuíñas, que además de cura también era músico: gaita, pandereta, bombo, zanfoña... Con él, ya fallecido, la celebración vivió algunos de sus mejores tiempos, porque dedicó esfuerzos a ello. Cuíñas no solo instauró el llamado Himno a San Fins, sino también el Berro Seco, ese «ooohhh» que evoca el grito de los canteros para hacer todos fuerza a una. Tres veces se agacha la gente a un mismo tiempo y tres veces sube con el «ohhh» en la boca, una postal que, de esta manera, no se ve en ningún otro sitio. El Santo da Pólvora, la quema de una falla con dos muñecos que representan un oficio artesano, es otro de los momentos imprescindibles: giran y giran hasta que explotan. San Fins es una fiesta de meriendas, de comida en familia bajo bidueiros, en un entorno natural más que atractivo.

Debían correr los 80 cuando empezó otro tiempo para el encuentro, el mojado frente al seco y tradicional. Desde la organización explicaban este sábado que todo empezó con unas conchas en las que se bebía el vino. En las mesas un año se mojó uno a otro; a la siguiente edición pasaron a ser botellas y, con los años, una parte de San Fins acabó convertida en una batalla de vino protagonizada por jóvenes, en un rito en el que, además, acaban con la ropa hecha jirones -si va a participar, llévela vieja-. La delimitación entre una parte de la fiesta y la otra siempre ha estado clara y, de hecho, el año pasado se intentó volver al origen. Menguaron los jóvenes que van a San Fins a tirarse vino, pero todavía quedan. «Querer, queremos eliminalo, porque notamos que a xente da parroquia xa dende o ano pasado está máis contenta. Tamén moita xuventude o entende», dicen desde la organización. Habrá que ver lo que ocurre este año, pero, por lo de pronto, la asistencia está más que asegurada. No solo por el poder de San Fins, que congrega a miles de romeros, sino también porque en el apartado lúdico han tirado de un plato muy fuerte: el Combo Dominicano. Así es San Fins, la romería imprescindible.