Carlos Vives llega y se marcha en bicicleta

Ariadna arias / á. p.

AL SOL

Óscar Vázquez

A pesar del mal tiempo, Castrelos se llenó con los fans del colombiano

28 jul 2017 . Actualizado a las 16:10 h.

Lo primero que suena es una flauta tradicional indígena. El concierto es en Castrelos pero, por unos momentos, casi parece que los árboles son la selva amazónica y que el estadio se encuentra en Santa Marta, Colombia, lugar que, hace 55 años, lo vio nacer. Carlos Vives no se hace de rogar y deslumbra a un público que desborda el auditorio con una sonrisa y ritmos exóticos. El escenario no le es desconocido: ya pasó por Castrelos hace 17 años.

Arranca La bicicleta, éxito del verano de 2016 que sigue sonando en todas las radios. El máximo representante del vallenato, género musical autóctono de la costa colombiana del Caribe, canta los primeros versos y la audiencia los corea con entusiasmo. Lo acompaña toda una orquesta de percusión y guitarras que se llama La Provincia y traen el folclore más indígena. Más latino imposible. Y al público le encanta.

Carlos Vives brinca por el escenario, da palmas, grita, anima... Es la viva imagen de la excitación, y eso que las nubes amenazan con descargar su furia en cualquier momento. Uno se pregunta si no se cansa con tanto movimiento. Será por el yoga que hace siempre antes de los conciertos o por el licor café que se tomó hoy en un conocido restaurante de Vigo, que le ha hecho efecto. Dicen de él que es muy simpático con sus fans y, desde luego, el cariño y las ganas de pasárselo bien son lo que más transmite sobre el escenario. Por algo el tour se llama La fiesta de todos.

Aunque no hubo lluvia, con La gota fría, Vives recordó a su público la canción que le abrió a Colombia las puertas al mundo y que cumple ya 24 años en los que le ha dado tiempo a batir el récord de nominaciones a los Latin Grammy Award y a ser el primer artista colombiano en ganar un Grammy (en total tiene dos). Y sin letras machistas, que aprendan los reguetoneros. Entre el folclore caribeño suenan instrumentos que ningún español conoce, pero la música no entiende de fronteras. Con Fruta fresca más de uno se pone a intentar mover la cadera como si el ritmo le llevara. Al filo de tu amor la canta con delicadeza: es su nuevo tema. Pero nada hace tanto furor como La bicicleta, que vuelve a tocar para cerrar una noche en la que también tuvo palabras para Vigo y para defender el vallenato.