José Ángel y Ramón Iglesias, hermanos y procedentes de la zona de Cerponzóns, fueron dos de los vecinos que acudieron ayer a la oficina de asesoramiento de la revisión catastral. Lo hacían con las cartas que le llegaron a su padre en la mano y, aunque su intención era informarse sobre todo el proceso, antes de entrar a la oficina ya intuían que iban a tener que presentar una alegación. «Temos que mirar todo, porque non sabemos moi ben como nos puxeron cada cousa. Pero cremos que nos puxeron un galpón como uso industrial e en realidade non o é. Trátase do típico sitio para meter apeiros de labranza e como moito o tractor. É dicir, que ten uso agrícola, non industrial», señalaba José Ángel. Contaban que también iban a preguntar por un invernadero que tienen, por si se lo añadieron a la lista de construcciones por las que tributar. E indicaban que cuando llegaron las cartas su padre pagó los 60 euros de tasas por estas construcciones -además del tributo anual, cuando se dan de alta hay que pagar una tasa inicial-. «Non sei se iso deberíamos telo feito así ou era mellor esperar a vir aquí», indicaron. Luego, valoraban el hecho de que el Concello haya puesto una oficina de información: «Parécenos moi ben porque nós fomos ao propio catastro e alí a información é moi escasa, necesitas máis».