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El cambio de alimentación es clave para mitigar el deterioro del planeta

La Voz

AGRICULTURA

Pixabay

Comer poca carne,  generar menos desperdicios y usar prácticas agrícolas eficientes, son medidas que permitirían satisfacer la demanda alimentaria en el 2050 sin deteriorar el medio ambiente

11 oct 2018 . Actualizado a las 12:28 h.

¿Existe alguna forma de satisfacer la demanda alimentaria del planeta sin deteriorar de forma irreversible el medio ambiente? La respuesta es sí. Pero es necesario hacer un esfuerzo masivo por consumir menos productos animales, asegurar una producción agrícola sostenible y reducir de forma considerable el desperdicio mundial de alimentos. Según un análisis del Centro de Estudios e Investigación para la Gestión de Riesgos Agrarios y Medioambientales (Ceigram) de la Universidad Politécnica de Madrid, estas medidas podrían garantizar la satisfacción de la demanda alimenticia en el 2050, minimizando al máximo los riesgos para el planeta. 

El estudio  advierte que para alimentar a los más de 10.000 millones de personas presumiblemente habitarán el planeta dentro de 32 años, hace falta un cambio de tendencia generalizado hacia dietas con mayor aporte de proteínas vegetales. Otra de las medidas pasa por acabar con el desperdicio de alimentos y emplear prácticas agrícolas eficientes y sustentables.  

Según explica a la agencia Efe Luis Lassaletta, coautor de la investigación publicada en Nature, este cambio de tendencia «permitirá reducir el riesgo de cruzar los límites medioambientales en relación al cambio climático, la expansión desmesurada de las tierras de cultivo, la utilización de los recursos acuáticos y la contaminación de los ecosistemas causada por el empleo excesivo de fertilizantes».

Aunque no hay una receta única que por sí misma garantice la sostenibilidad, «cuando las soluciones se implementan de forma conjunta se hace posible alimentar a una población creciente de manera sostenible», subraya Marco Springmann, de la Universidad de Oxford, institución que lidera el trabajo.

Sin acciones concertadas «el impacto del sistema alimentario sobre el medio ambiente se puede incrementar entre un 50% y un 90% como resultado de un aumento de la población y de las dietas ricas en grasas, azúcares y carne. En ese caso, los límites planetarios a la producción de comida se verán superados, en algunos casos, en más del doble de su capacidad», avisa el investigador.

El trabajo cuantifica cómo la producción alimentaria y el consumo afectan a los límites que aseguran la sostenibilidad del planeta, informa la agencia Efe.

Combinando detallados cálculos medioambientales con un modelo de alimentación global que incluye datos de producción y consumo de comida en todo del mundo, los científicos analizaron las opciones que podrían mantener la producción alimentaria dentro de los límites de la sostenibilidad.

La dieta «flexitariana»

El trabajo advierte que el cambio climático no se podrá mitigar si no se acompaña de cambios en la dieta y una alimentación más diversa.

Por tanto, los expertos aconsejan seguir una dieta «flexitariana», que recomienda una ración semanal de carne roja como máximo, media ración diaria de carne «blanca», una de productos lácteos y un mayor consumo de legumbres, frutos secos y otros vegetales.

De igual forma, la investigación sugiere reducir a la mitad los desperdicios de alimentos para ayudar a mantener el sistema alimentario dentro de los límites de sostenibilidad del plantea.

Los investigadores recomiendan también llevar a cabo varias mejoras en el sector productivo para mejorar el uso de los nutrientes y del agua y adaptarlas a la realidad de cada región.

«De este modo, se limitará la presión sobre las tierras de cultivo, la extracción de agua y el uso de fertilizantes», añade el investigador de la UPM.

Aunque algunas de estas propuestas ya se están llevando a cabo en algunos hogares, «para que tengan éxito y sus efectos se noten globalmente, es necesario que llevar a cabo una acción conjunta en todo el planeta», explica Springmann.

En ese sentido, los autores avisan de que mejorar las tecnologías y la gestión de las explotaciones agrícolas y ganaderas requerirá un aumento de la inversión y una regulación más adecuada «que permita la toma de medidas en materia de gasto de agua, y reducción del uso de fertilizantes», añade Line Gordon, director ejecutivo del Stockholm Resilience Centre y coautor de este trabajo.