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Los robots invaden las granjas gallegas

Xoán Ramón Alvite Alvite
xoán ramón alvite REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

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Explotaciones lácteas abrazan la última tecnología y funcionan ya en un entorno digital

15 jul 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Robots de ordeño, amamantadoras de terneros autónomas, empujadores de comida guiados por ultrasonidos, sensores de movimientos para el ganado o inmensos tractores que se controlan a través de una pantalla táctil. El campo se moderniza a pasos agigantados y muchas granjas gallegas ya funcionan en un entorno digital, difícilmente imaginable hace apenas un decenio.

Algunas de las tareas más importantes en las ganaderías, como es el caso de la alimentación o el ordeño del ganado, no solo están totalmente automatizadas sino que se controlan hasta el último extremo a través de avanzados programas informáticos que permiten conocer en tiempo real todos los datos sobre la producción o el estado sanitario de los animales. «Tener la mayor información posible permite tomar decisiones de forma rápida y efectiva, optimiza los costes y, por tanto, resulta más rentable para el ganadero», apunta José Manuel Pose, especialista en calidad de la leche y consultor de una conocida firma de sistemas de ordeño. Este profesional señala que las nuevas instalaciones, además de los datos productivos de cada animal, también analizan de forma automática múltiples variables que ayudan a detectar posibles enfermedades en las ubres de las reses. Muchas granjas cuentan incluso con sistemas autónomos que pesan diariamente cada vaca o que, a través de varias cámaras de vídeo, analizan la evolución de su condición corporal.

Nada se deja al azar y, de hecho, los animales están controlados las 24 horas del día, los 365 días del año. A través de un sencillo collar o un podómetro que se coloca en la pata de cada res, el ganadero puede conocer datos tan variados como el momento óptimo para su inseminación, el tiempo que dedica a comer o pastar o las horas en las que está tumbada.

Cualquier alteración de los parámetros normales, calculados de forma individual para cada ejemplar a través de un potente software, es notificada al granjero mediante un mensaje a su teléfono móvil.

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Maquinaria modernizada

Si espectaculares son los avances que se han registrado en las instalaciones, no menos lo son los referidos a la maquinaria. Por los campos gallegos ya pueden verse tractores de gran potencia -sus precios superan fácilmente los 200.000 euros-, con los que se opera a través de un sencillo joystick y de una pantalla táctil o aperos que, a través de sistemas de posicionamiento por satélite, optimizan el laboreo evitando solapes innecesarios sobre el terreno. Esto se traduce en ahorro de tiempo y dinero en tareas como la fertilización o la aplicación de fitosanitarios.

Aunque la presencia humana resulta, hasta el momento, imprescindible, la evolución tecnológica invita a imaginar una granja láctea en la que la presencia humana pueda ser mínima.

Tanto es así que ya empiezan a implantarse en Galicia los primeros sistemas autónomos de alimentación del ganado, máquinas que cargan los distintos alimentos que componen la ración diaria de las vacas, los mezclan y los sirven directamente en el comedero. Estos avances se complementarían con otros cuyo uso ya está más extendido como es el caso de los de robots de ordeño, los que limpian las instalaciones o, incluso, los que aproximan la comida a los animales.

El humano, imprescindible

«Resulta imposible prescindir da figura humana pero si se están dando moitos pasos para aforrarlle traballo e optimizar a man de obra nas granxas. Os últimos avances permiten que o gandeiro no sexa un escravo de tarefas como o muxido ou a alimentación do rabaño», dice David Peiteado, técnico comercial de una de las principales multinacionales dedicadas al equipamiento de las granjas.