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Las granjas gallegas se tecnifican con más de 300 robots para ordeñar sus vacas

Xoán Ramón Alvite Alvite
xoán ramón alvite REDACCIÓN / LA VOZ

AGRICULTURA

X.R.Alvite

Cada máquina cuesta 120.000 euros y puede extraer leche de hasta ochenta reses

23 mar 2018 . Actualizado a las 05:00 h.

Dos veces al día, siete días a la semana, los 365 días del año. En el ordeño de las vacas no existen días libres ni festivos y eso convierte esta tarea en una de las más importantes y también más difíciles de llevar a cabo para las granjas gallegas. En algunas de ellas se ha comenzado a instalar robots de ordeño. Unos aparatos autónomos que se encargan de esta tarea y cuya colocación está experimentado un enorme crecimiento en Galicia.

De hecho, ya hay más de 300 aparatos funcionando en la comunidad. «Actualmente, xa temos contratos para instalar un robot semanalmente ata finais de ano e cada vez máis gandeiros nos chaman para interesase polo seu funcionamento», apunta David Peiteador, técnico comercial de Lely, una de las firmas de robots con mayor implantación en Galicia. Estos sistemas no solo mejoran la calidad de vida del ganadero, sino que le permiten ahorros importantes en mano de obra y mayor rendimiento económico, al aumentar la producción de las vacas.

La afirmación contrasta con los 120.000 euros que cuesta uno de estos aparatos y con las limitaciones que tiene en cuanto al número máximo de vacas que puede ordeñar, que se sitúa entre las 70 y las 80, en función de su producción.

Entre los beneficios que tienen estas máquinas se encuentra un aumento de la producción de las vacas que puede oscilar entre el 10 y el 15 %. «Os animais entran de forma libre a muxir -tienen como reclamo el pienso que le suministra el aparato en función de su producción-, co cal é fácil que unha vaca chegue a muxirse catro ou cinco veces ao día. Isto aumenta a súa comodidade, ao ter durante máis horas o ubre baleiro, o que redunda nun aumento do leite que producen, que de media chega a ser do 10 %», apunta un técnico de la empresa DeLaval, otra referencia en el sector.

Antes de comenzar con el ordeño y tras identificar a la res mediante un sensor que cada una tiene colocado en un collar, el robot higieniza la ubre y coloca las pezoneras mediante un sistema de guiado por láser que en algunos modelos se sustituye incluso por microcámaras. Durante todo el proceso realiza múltiples controles de la salud de la ubre y de la cantidad y calidad de la leche producida que permiten anticiparse a posibles enfermedades de la vaca. Los modelos más modernos incluso permiten identificar preñeces, detectar abortos o la aparición de celos y quistes en las reses.

Todos estos datos se transmiten a un ordenador equipado con un software que permite su visualización y estudio.