El primer restaurante orgánico de Galicia

Begoña Rodríguez Sotelino
begoña r. sotelino VIGO / LA VOZ

VIGO

XOAN CARLOS GIL

Una pareja con 20 años de experiencia en hostelería está detrás del local, también apto para celíacos

19 sep 2016 . Actualizado a las 11:41 h.

«Comienza a vivir a modo» es uno de los lemas en los que se sustenta el primer restaurante orgánico de Vigo, que precisamente, incorpora esta filosofía a su nombre: Amodo, en Montero Ríos, 34. El matrimonio formado por Ángel Elvira y Mar García acumula 30 años de experiencia en hostelería, veinte de ellos en Vigo, adonde llegaron procedentes de Madrid para hacerse cargo de un negocio en el sector.

La veteranía es un grado y, precisamente en su madurez profesional, han decidido dar un salto olímpico con una apuesta difícil, arriesgada pero muy meditada. «Es una idea nuestra y de hecho creo que no solo es el primer restaurante orgánico ecológico 100 % y sin gluten de Vigo y de Galicia, sino de toda España. Desde luego, no hemos encontrado ninguno. O son ecológicos, o son para celíacos, pero ninguno aglutina esta oferta en un mismo espacio», asegura Ángel.

Los problemas digestivos de Mar, que llevaba sufriendo décadas, fueron el detonante que finalmente les llevó a crear un establecimiento donde poder degustar platos elaborados con materia prima de certificación ecológica que le permitiera cuidar la salud como en casa. «Los productos por los que apostamos los puedes encontrar en tiendas especializadas y hacerlos en tu cocina, pero se trata de conseguir lo mismo si decides comer fuera», explica. La dieta naturópata que comenzó a seguir ella, con la que logró olvidarse de sus problemas físicos a base de ir descartando ciertos productos como el gluten o lácteos de vaca, fue el inicio inspirador de su proyecto.

Los alimentos de producción ecológica requieren unos cuidados y una inversión grande para producir menos cantidades de manera natural. La calidad encarece los precios y aunque han bajado, una de las luchas de los responsables de Amodo estriba en ajustar la cuenta, por eso, por ejemplo, tienen un menú del día, de lunes a viernes, que roza los 14 euros. «Quien piense que aquí no se va a poder comer unas carrilleras, un plato al wok con ternera, un lomo de cachena o una hamburguesa de carne de vaca se equivoca. «No es un restaurante vegetariano, que por otra parte, no suelen trabajar con vegetales eco», aclara.

El pionero local vigués se preocupa del origen de lo que ofrece, carne sin antibióticos, conservantes, hormonas o aditivos, de animales criados en libertad. «Llevamos tres años hablando con proveedores locales o al menos cercanos, buscando ganaderos y otros suministradores que trabajen con la misma filosofía», indican.

Pero la otra pata en la que se apoya el restaurante es en su oferta para celíacos, que según cuentan, están entusiasmados con la novedad. «¿Sabes lo que es para un celíaco entrar por la puerta y pensar: ¡Puedo comer todo lo que tienen en la carta! No se lo creen», afirma.

El pan de cada día

Los años de experiencia de ambos se centran en la gestión. En la cocina, sus chefs han recibido una formación extra para especializarse. No solo elaboran los platos, que según explican, «son recetas sencillas para lo que queríamos, un espacio acogedor». Además hacen el pan cada día, y para los postres sin gluten, un artesano ha aceptado el reto, tarea nada fácil con las harinas especiales que ellos le proporcionan.

Los diabéticos también pueden estar tranquilos porque los azúcares los han sustituido por edulcorantes naturales como la stevia, el xilitol de abedul o el ágave.

Las bebidas también son especiales. No hay refrescos de bote, sino zumos o cervezas y vinos ecológicos. «Hemos buscado por toda España y al final hemos seleccionado ocho a través de la Asociación Vinos Naturales, que producen de una forma más estricta porque la agricultura ecológica permite cierta cantidad de sulfitos, pero ellos trabajan con un porcentaje que roza el 0%», explica Ángel.

Acaban de empezar (el restaurante abrió el pasado jueves), pero ya tienen en proyecto más ideas para añadirlas «a modo». Entre ellas, ofrecer a la clientela desayunos y meriendas diarias y brunch dominical, y abrir la terraza en cuanto obtengan el permiso solicitado al Concello de Vigo.