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Sin información no hay consumo

Cristina López LUGO/LA VOZ.

AGRICULTURA

Participantes en una mesa redonda aluden a la falta de conocimiento como uno de los principales factores que condicionan la demanda de productos ecológicos

03 dic 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

La falta de información fue uno de los principales argumentos esgrimidos por los ponentes que ayer participaron en una mesa redonda en la que se trataba de encontrar una explicación al escaso consumo de alimentos ecológicos. Este debate se enmarcó en las jornadas sobre el consumo de ese tipo de productos en Galicia, que acogió el Pazo de Feiras de Lugo y que organizaron el Consello Regulador de Agricultura Ecolóxica de Galicia (Craega) y el Centro Tecnológico Agroalimentario (Cetal).

Junto con la poca información, el alto precio también salió a relucir en esta mesa redonda como una de las causas que condicionan el consumo de más productos ecológicos. En cualquier caso, como manifestó el director técnico de Indegae, Rafael Rivadulla, «el precio no es el único culpable. Los productores ecológicos fallamos mucho en el tema de la publicidad». Como ejemplo, Rivadulla citó el caso de la leche, y reconoció que se venden más las enriquecidas que la ecológica, a pesar de ser más caras, algo que atribuyó a las potentes campañas promocionales que realizan las empresas que comercializan eses tipos de leche, y también al boca a boca.

La necesidad de dar más y mejor información a los consumidores fue un aspecto en el que incidió el jefe de cocina del restaurante España. Héctor López llegó a reconocer que cuando hace cuatro años empezó a incorporar los alimentos ecológicos a la carta de su establecimiento, no sabía que había tantos «y si no los conocía yo que trabajo en hostelería, mucho menos los conoce el consumidor final». Por todo ello, López cree que los productos ecológicos hay que darlos a conocer, entre otras cosas para evitar confusiones tan extendidas como la que equipara lo ecológico con lo vegetariano.

De desinformación y precios también habló la presidenta del Pleno del Consello Galego de Consumidores e Usuarios, Rosa Celia Otero, quien afirmó que existe un «desconocimiento total de los alimentos ecológicos», y que en plena crisis y con las pensiones tan bajas que existen en Galicia, los productores ecológicos no pueden esperar una gran demanda por parte del consumidor. Por otra parte, Otero se quejó de que «no se defiende el producto gallego», e hizo un llamamiento a los consumidores para que sean ellos mismos los que los exijan y denuncien a aquellos que tratan de vender como gallego algo que no lo es.

A la presión que pueden ejercer los consumidores también se refirió Xosé Mouriño, jefe del Servicio de control de calidad agroalimentaria, quien sostuvo que a veces es suficiente con que un grupo de consumidores demanden algo para que acabe imponiéndose. En opinión de Isidre Martínez, responsable de producción agraria ecológica en Cataluña, ese efecto llamada también puede ejercerlo la Administración. Por su parte, la presidenta de Intereco, Margarita Campos, insistió en que «el producto ecológico tiene que estar certificado, ya que esta es la única garantía para el consumidor». En cualquier caso, «no se puede pretender convertir a la sociedad en ecológica, sino que se trataría más bien de adaptar la producción al consumo», como sostiene Pedro Martos, director de Prodescon.

Poner el énfasis en los valores ligados a lo ecológico -salubridad, defensa del medio ambiente y de lo autóctono- puede servir también para incentivar el consumo de estos productos. Así lo cree al menos José Miguel González, de la Subdirección General de Agricultura Ecológica. Al igual que él, la profesora del campus lucense Belén Díaz hizo hincapié en el papel que pueden jugar los niños a través de los colegios para introducir los alimentos ecológicos.