Está en un gran momento de forma y junto a Juanfran se destacó como el mejor y con un rendimiento más regular de su equipo. 

El gran pulmón deportivista se vació en subidas constantes por su banda, buenos centros y hasta algún chut que Adán detuvo con dificultades.

Desafortunado en los primeros minutos, su rendimiento mejoró mucho tras el descanso. La acción del penalti supuso la guinda a su crecimiento.

Ejerció de pulmón por todo el frente de ataque deportivista. Su aportación se ha convertido en vital en los tres últimos partidos.

Al coruñés se le nota la confianza que le ha infundido el nuevo entrenador. Cortó muchos balones y mantuvo el fuelle hasta los instantes finales.

Impecable en defensa, desde donde sostuvo a su equipo, especialmente en la primera parte. También actuó como aplicado valladar antiaéreo. 

La lesión enfrió el buen partido que estaba protagonizando hasta ese momento. Rápido al corte y sin permitir ni una sola a Sanabria.

El turco comenzó desconectado, pero en la segunda parte supo sufrir y hasta se ganó a la grada con varias carreras en defensa. 

Jugó de forma muy irregular, pues se mantuvo desaparecido hasta el descanso y durante largos períodos de la segunda parte.

Se pegó con la defensa bética antes de que el Dépor llegase al área. A la media hora se ganó la amarilla que le impedirá jugar contra el Barça.

Esta vez no protagonizó ninguna parada milagrosa. El gol encajado llegó de rebote y las ocasiones del Betis se perdieron fuera.

Su aportación en las últimas jornadas no va acorde con el talento que disfruta. En quince minutos no puede obrar milagros, pero sí colaborar más.

Salió sin haber calentado y el partido le obligó a enchufarse de inmediato al juego. La lesión de Sidnei le puede devolver protagonismo perdido. 

Dejó un esprint al contragolpe como principal aportación, pero también resbaló de forma lastimosa en una acción calcada a la de Gijón.