También nuestra meteorología política se impregna de ese aire bonancible cuando permanece alejada de las grandes borrascas, como ha vuelto a demostrarnos el barómetro de Sondaxe
Se llamaba Pepón, debía de tener cinco o seis años. Salió del agua chorreando uno de esos días ventilados de junio en los que el arenal es más bien Friazor