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Ellas lo bordan, cuando el consumo responsable mejora la vida de las mujeres

Elegir qué compramos es fundamental no solo para hacer del mundo un lugar más sostenible sino para dar oportunidades formativas y laborales dignas a las personas que más lo necesitan. Eso es lo que consigue el taller de costura Ellas lo bordan, promovido por IKEA, con mujeres en riesgo de exclusión

Bernardo Álvarez-Villar

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Bernardo Álvarez-Villar

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Aunque en ocasiones parezca que cada uno va a lo suyo y se labra su propio futuro, que no hay nada que nos vincule y cada cual debe preocuparse de sus problemas, lo cierto es que la realidad es muy diferente. Nos guste o no, nuestro futuro como sociedad y como individuos depende de una serie de retos que todos debemos afrontar unidos. Cuestiones como el cambio climático, la brecha de género o la lucha contra la pobreza nos recuerdan que vamos todos en el mismo barco y que depende de nosotros ir en un rumbo o en otro.

Además, en el objetivo de alcanzar la sostenibilidad, no se trata solamente de preservar el medio ambiente, sino también de cuidar de las personas para conseguir una sociedad más justa y solidaria. Tal y como explican Jor Kortajarena y Abril Zamora en el octavo episodio de Orígenes: el principio de la solución, la serie que produce IKEA para promover una mayor conciencia social y medioambiental, es mucho lo que podemos hacer para que “esos desafíos que parecen una utopía puedan ser una realidad”.

Abril Zamora

Actriz, guionista y directora

Para Abril Zamora entrar en el taller de Ellas la bordan supuso “conectar con mi infancia y con esas historias de mujeres que tiran del carro sin ninguna ayuda y que son un ejemplo de superación”.

La actriz, guionista y directora de series como Señoras de la (h)AMPA, Élite o Todo lo otro, su próximo estreno en HBO, piensa sobre todo en su madre quien, tras haber sufrido maltrato y separarse de su padre, trabajó en varios talleres de costura para “sacar adelante a tres hijos con muy poca ayuda”. “No había sitios como este”, lamenta la actriz, quien asegura que tras conocer el proyecto de IKEA Ellas lo bordan se va a “tomar un poco más en serio” qué y cómo consume para “dejar de mirar hacia otro lado”.

“Que yo luche contra mi pereza e investigue un poco más las cosas que consumo ya es un mínimo cambio, es mover ficha hacia un lugar”, afirma la actriz, guionista y directora Abril Zamora en este capítulo. Y es que, precisamente, es la suma de los pequeños gestos y acciones la que consigue, pese a los mensajes agoreros que invitan a la desesperanza, el cambio porque nunca hay que olvidar que el timón del barco está en nuestras manos.

01

Un consumidor comprometido es un consumidor activo

4 claves

I

Un consumidor comprometido es un consumidor activo

La clave para ser un consumidor consciente pasa por acabar con la pereza y romper con la inercia de comprar lo primero que encontremos sin pararnos a pensar nada más. Y supone, por tanto, salir de esa espiral de inconsciencia y de poner las prisas como excusa de no darnos cuenta de lo que hacemos. Se trata, al fin y al cabo, de cambiar nuestras costumbres más asentadas, aunque nos cueste un poco al comienzo. No se trata de hacer un sacrificio, ni mucho menos, pues este cambio de hábitos redundará en beneficios para nosotros mismos y para toda la sociedad. Todos salimos ganando con un modelo de consumo más justo y sostenible.

02

Información al poder

II

Información al poder

Una de las consecuencias de ese consumo inconsciente que no se para a pensar en las historias que hay detrás de los productos es la falta de información. Un consumo responsable es siempre un consumo informado. Ser conscientes de qué impacto tiene en la sociedad y en el medio ambiente la producción y el consumo de ese producto que acabas de comprar. Saber quiénes son y qué hacen todas esas personas que son necesarias para que un mueble o una prenda de ropa lleguen a tus manos. Esto pasa, por ejemplo, por informarse acerca de los proyectos de responsabilidad social que apoyan las empresas, muy especialmente las más grandes.

03

Proyectos de responsabilidad social

III

Proyectos de responsabilidad social

Tal y como explica Mónica Chao, directora de Sostenibilidad de IKEA España, “cada vez hay más empresas involucrándose en proyectos sociales”. Y sobre todo, destaca, lo están haciendo “con una nueva visión de cómo integrarlos en nuestros negocios. Generar ecosistemas de producción donde se benefician más personas y más agentes, cada uno contribuyendo de una forma”. Un ejemplo de esto es el de IKEA con su proyecto Ellas lo bordan, una empresa de inserción que da oportunidades laborales a mujeres que atraviesan situaciones complicadas. Hasta ahora han pasado por el taller 25 mujeres de 15 nacionalidades distintas, que han producido 53.000 cojines de la colección ÅTERSTÄLLA, a la venta en las tiendas de IKEA. Todo el dinero obtenido con la venta de estos cojines se destina a que el taller continúe con su labor.

04

Enfoque en positivo

IV

Enfoque en positivo

Jon Kortajarena nos recuerda que “el futuro lo tejemos entre todos” y Abril Zamora añade que, con un consumo consciente, “podemos hacer que las vidas que hay detrás del producto sean un poco mejores”. Y también serán un poco mejores nuestras propias vidas al saber que estamos contribuyendo a una sociedad sostenible en la que quepamos todos. Por ello, es importante destacar el gran impacto social positivo que tienen las iniciativas de emprendimiento social. Un impacto que se deja notar en empleos, en oportunidades, en igualdad y en un medio ambiente más limpio para todos.