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FUNDACIÓN MAPFRE

Empleo, emprendimiento y cuidados, las claves para impulsar el desarrollo rural

Las Ayudas +Rural de Fundación MAPFRE están cambiando el panorama en las comunidades rurales de España, generando empleo y formación y mejorando las oportunidades de acceso a servicios esenciales para los que más lo necesitan.

Juanjo Villalba

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Tras 25 años cotizados, Vicente dejó Madrid y se trasladó a su pueblo de Guadalajara buscando una vida más tranquila y en la que poder desarrollar su gran afición: la pintura artística. “Necesitaba dejar atrás el estrés y los agobios de la ciudad. Pero una vez instalado me di cuenta de que aquí no era tan fácil encontrar trabajo”.

La edad de Vicente, su falta de formación y el hecho de vivir en un entorno rural, pesaron a la hora de encontrar un puesto de trabajo que le permitiera vivir en su localidad de origen. En el horizonte asomaba el fracaso y el retorno a Madrid.

El caso de Vicente ejemplifica un problema común en el entorno rural de nuestro país: la falta de oportunidades. Según datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en los últimos años, 8 de cada 10 municipios de menos de 5.000 habitantes han perdido población.

A esta grave situación, que lleva produciéndose desde los años 60, cuando se produjo el éxodo masivo del campo a la ciudad, se le suma hoy en día el envejecimiento de la población que todavía reside en el entorno rural. Una de cada cuatro personas que residen en municipios de menos de 5.000 habitantes supera los 65 años de edad. Lo que a nivel nacional suma 1,5 millones de personas.

Para ayudar a revertir esta situación, las administraciones y las entidades sociales que trabajan sobre el terreno cuentan con una herramienta fundamental: los fondos europeos, y entre ellos el Fondo Social Europeo Plus (FSE+). Con una dotación de casi 10.000 millones de euros para España durante el periodo 2021-2027, este pilar de la cohesión europea pone su foco en las actuaciones con las personas y en la reducción de las desigualdades.

Estos fondos llegan a sus destinatarios a través de entidades como Fundación MAPFRE, designada como Organismo Intermedio del FSE+, lo que la capacita para gestionar recursos (concretamente 20 millones de euros que complementa con otros 10 millones adicionales de recursos propios) destinados a mejorar la vida de los habitantes del medio rural. Un entorno en el que viven casi 8 millones de personas y que representa el 85% del territorio español.

Esto se realiza a través de las convocatorias de Ayudas +Rural, abiertas a entidades que desarrollan proyectos en localidades de menos de 30.000 habitantes, que cuentan con dos líneas de actuación: empleo (inserción sociolaboral) y mejora del acceso a servicios sociosanitarios.

Se trata de la primera vez que el FSE+ destina fondos para proyectos de mejora de la atención sociosanitaria y servicios de cuidados de larga duración, algo imprescindible para el entorno rural. Las beneficiarias de la primera convocatoria de Ayudas +Rural han sido seis entidades cuyos proyectos deben ejecutarse hasta diciembre de 2025 en diferentes comunidades autónomas.

Impacto y alcance de las Ayudas +Rural

Transcurrido casi un año desde el inicio de las actuaciones, estas entidades han constatado que las Ayudas +Rural ya están generando un impacto muy positivo tanto en los individuos como en las comunidades rurales.

En el ámbito laboral, las ayudas están facilitando la inserción sociolaboral de personas desempleadas, desarrollando habilidades para el desempeño en iniciativas sostenibles y estableciendo conexiones efectivas entre quienes buscan empleo y las empresas locales que necesitan trabajadores.

Este fue el caso de Vicente, que conoció la existencia del programa de ayudas en una jornada de difusión de las Comunidades de Empleo y Emprendimiento Rural Sostenible que se celebró en su pueblo. A partir de entonces, tuvo la oportunidad de incorporarse a la comunidad de aprendizaje, donde inició un itinerario de inserción laboral que le permitió salir de su situación de desempleo y volver a trabajar. Madrid podría esperar.

El proceso formativo que siguió Vicente fue adaptado a las necesidades específicas de su territorio por el personal técnico del proyecto Comunidades Rurales de Fundación Acción Contra el Hambre, al igual que hace la Fundación Santa María la Real, con su proyecto Entrena Empleo Rural; la Fundación Cepaim con Raíces o la Asociación CESAL con Rural Talento+. Cada una de ellas establece diferentes estrategias para identificar las necesidades sociales, diseñar acciones formativas y generar oportunidades en el territorio. Estas dinámicas han permitido la implicación tanto de agentes públicos como privados, lo que fortalece las redes comunitarias y facilita la implementación de planes de acción más efectivos.

El impacto de estos planes a nivel social es también muy grande, porque el empleo en un entorno rural contribuye a fomentar el arraigo y reduce la dependencia de los subsidios.

En cuanto al acceso a los cuidados y servicios de larga duración, las ayudas han permitido mejorar notablemente el acceso a recursos especializados de orientación personalizada.

Todo esto se está trasladando a una mejora sustancial de la calidad de vida en estas zonas, especialmente notable en el caso de personas con necesidades especiales, demostrando que el Fondo Social Europeo Plus no solo actúa como un catalizador económico, sino también como un instrumento de cohesión social que promueve un desarrollo sostenible y duradero en las comunidades rurales españolas.

Es el caso, por ejemplo, del proyecto Vincúlate, de Cruz Roja Española, cuyo propósito es combatir la soledad no deseada de las personas mayores que viven en las zonas rurales, o del proyecto +RuralTEA, desarrollado por la Confederación Autismo España y que se dedica a evaluar las necesidades de las personas con autismo y a prestarles una atención personalizada.

Historias como la de una joven de 19 años con un diagnóstico tardío en TEA que vive en un pueblo de Pontevedra con su madre y que, tras un inicio complicado en sus estudios de FP, sufrió una crisis de ansiedad por un conflicto con un profesor, lo que requirió atención hospitalaria.

Gracias al apoyo del proyecto +RuralTEA, una de las terapeutas de Fundación Menela le proporcionó una serie de estrategias adaptadas para llevar a cabo en el aula, que su madre coordinó con el equipo docente. Aunque es pronto para evaluar resultados, las medidas parecen funcionar y su formación profesional avanza. Además, el caso está ayudando a que otros miembros de la familia con síntomas similares reciban una atención temprana.

Casos y situaciones que se repiten de pueblo en pueblo con los colectivos más vulnerables.

La recepción desde el entorno rural

Pero, ¿cómo están recibiendo estas ayudas las personas que viven sobre el terreno? ¿Son realmente las medidas que necesitan para resolver sus problemas y mejorar su calidad de vida?

A través de los foros y mesas redondas que Fundación MAPFRE está organizando en diferentes comunidades autónomas, se da voz a las organizaciones sociales y se debate con especialistas, autoridades y representantes de los sectores públicos y privados sobre los desafíos y oportunidades de nuestras zonas rurales.

Carlos Martínez Carrillo, alcalde de Vedra (La Coruña), contó en uno de estos foros su experiencia en primera persona, destacando la enorme oportunidad de desarrollo que existe en el mundo rural. “La gente vivirá donde pueda trabajar”, citó el alcalde, destacando la importancia de este tipo de iniciativas y la importancia de la colaboración público-privada.

Para Carlos, lo importante es escuchar las necesidades de la población y satisfacerlas, ya sea mediante conexiones a internet más rápidas, vivienda o formación. En el caso de Vedra, se está rehabilitando la antigua estación de ferrocarril para crear allí un centro de formación que permita a los jóvenes de la zona formarse y poder trabajar o emprender en el pueblo. “La transición digital y la formación son muy importantes para que la gente pueda vivir, emprender y trabajar en lo rural”, afirmó el regidor.

Aunque queda mucho por hacer, las Ayudas +Rural, cofinanciadas por el FSE+ y Fundación MAPFRE, están contribuyendo a mejorar el futuro de las personas que viven en comunidades no urbanas de nuestro país, generando empleo, formación y la mejora del acceso a servicios sociosanitarios y cuidados. A mediados de 2025 está prevista la segunda convocatoria de estas ayudas, que estará dotada con 18 millones de euros. Una nueva oportunidad para los que más lo necesitan en el entorno rural.

Más información en la web de Fundación MAPFRE.

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