tradición y vanguardia
todo lo hacen aquí
Una de las grandes hazañas de Embutidos Fermín es el haber apostado por permanecer en la misma región desde 1956
un proyecto con
"Comenzamos siendo una pequeña carnicería de pueblo, en La Alberca, un municipio de Salamanca con poco más de 1.100 habitantes. Este es el germen de nuestra historia. Poco a poco, fuimos haciendo un poco de embutido, de jamón, y así, hasta el año 1989."
Salamanca. La Aberca. Un pequeño pueblo recorrido por sinuosas calles empedradas que han recogido a lo largo de su ya centenaria historia el susurro de historias que merecen ser contadas. Como la historia de Embutidos Fermín, que nació para cambiar el panorama del jamón ibérico, no ya en España sino en el mundo entero.
Embutidos Fermín nace en 1956 y son mis padres, Fermín y Victoriana, los que ponen en marcha la empresa. En 1989 se hace el relevo generacional de nuestros padres a nosotros. Nos encargamos de la empresa mi hermana Paqui con su marido, y yo” nos cuenta Santiago Martín, director y copropietario de Embutidos Fermín. Precisamente, una de las grandes hazañas de Embutidos Fermín es el haber apostado por permanecer en la misma región donde, en 1956, se abría la pequeña carnicería, germen de la marca.
Esta es una zona de pueblos muy pequeños: La Alberca es el mayor de todos y solamente tiene 1.100 habitantes. Y el siguiente en población es Tamames, que se queda en 600. Incluso hay localidades que no llegan a los 100.
A medida que pasaba el tiempo, el aroma del jamón curado y los embutidos artesanales fueron progresivamente impregnando las calles de La Alberca. Los hijos de Fermín crecieron al albor del bullicio de la pequeña carnicería y el silencio confortable de los secaderos. Santiago había estudiado medicina y jamás se imaginó dirigiendo una empresa de embutidos: “Cuando me di cuenta, ya habían pasado dos o tres años, estaba muy involucrado en la empresa y no veía fácil dar marcha atrás”, recuerda con una sonrisa nostálgica.
Expansión internacional
Esta nueva generación trajo consigo una filosofía expansiva del negocio. Mientras otros preferían conformarse con el negocio local, Santiago y su familia tenían un sueño: llevar el sabor de La Alberca a los rincones más lejanos del mundo. En 1995 les llegó la oportunidad de exportar a Estados Unidos. Santiago es médico de profesión, algo que le vino que ni pintado: las estrictas normas sanitarias del país norteamericano no supusieron un obstáculo, sino una gran oportunidad. “La normativa de Estados Unidos exigía limpieza, orden, mantenimiento de las instalaciones, manipulación muy higiénica de los procesos de trabajo… Todo esto era compatible con lo que yo había estudiado y me parecía plausible. Entonces, solicitamos la autorización”.
Finalmente, en 2005 se convirtieron en la primera empresa española autorizada para exportar productos ibéricos a Estados Unidos. Este hito marcó el inicio de una expansión internacional que haría posible que más países pudieran disfrutar de un producto excelente y 100 % español, concretamente más de 20 en los cinco continentes. El producto ha ido creciendo de la mano de clientes españoles que residen en los Estados Unidos.
Es el caso, por ejemplo, de una emprendedora valenciana que logró consolidar un negocio significativo en California. También está el caso de un asturiano que se mudó a Nueva York y comenzó su negocio elaborando un auténtico chorizo español. Asimismo, otro asturiano se trasladó a Miami y se convirtió en un referente en la comercialización de productos españoles en Florida. En la actualidad, el producto goza de una aceptación plena en el mercado.
Estados Unidos fue su puerta a la exportación masiva. Por ejemplo, el hecho de estar autorizados en el país de Norteamérica nos abrió la puerta a Singapur y otros países como China, Corea o Vietnam.
la región que les vio nacer
Una de las grandes hazañas de Embutidos Fermín es el haber apostado por permanecer en la misma región donde, en 1956, se abría la pequeña carnicería, germen de la marca. La zona en la que está situada La Alberca está organizada por pueblos muy pequeños, La Alberca es el más grande de todos y solo tiene 1.100 habitantes. Si nos vamos a Tamames, por ejemplo, la cifra baja drásticamente a los 800. Y hay localidades que no llegan a los 100.
Todo comenzó con la apertura de una pequeña carnicería en La Alberca de la mano de Fermín Martín y su esposa. Ahora, la siguiente generación ha conquistado los Estados Unidos con sus productos de excepcional calidad.
“Tener una empresa en una zona como esta, donde tenemos aproximadamente una media de 70-75 trabajadores, creo que hace mucho en el mantenimiento de la población rural. Tenemos trabajadores con nosotros de todos los pueblos de alrededor, porque no hay mano de obra suficiente en La Alberca para atender la producción. La Alberca es un pueblo turístico que vive fundamentalmente de los servicios, hay mucha hostelería y mucho comercio y no hay mano de obra suficiente.”
En La Alberca es donde Embutidos Fermín tienen su sede principal. Allí realizan el sacrificio, despiece, elaboración de embutidos y salazón de jamones.
El jamón de bellota 100% ibérico es el rey de este tipo de productos. Los cerdos de Embutidos Fermín viven felices y libres en la Dehesa.
El impacto de Embutidos Fermín se ha hecho notar no solo en La Alberca, sino en pueblos adyacentes como Tamames. Actualmente, dan trabajo a entre 70 y 75 empleados.
El futuro de embutidos Fermín
Embutidos Fermín se enfrenta al reto de mantener el crecimiento actual de producción en Estados Unidos, pero también el de crecer en otros mercados. Asimismo, la cuestión generacional también importa, y mucho. Es aquí donde entra la cuestión de la profesionalización de la empresa. Sin duda, se necesitará un equipo de profesionales externos para asegurar que la empresa pueda seguir creciendo, algo que, claro, seguirá beneficiando la economía de la zona.
La valentía y el arrojo del equipo humano de Embutidos Fermín ha logrado que la empresa se asiente en una zona descentralizada, e incluso se expanda más allá de nuestras fronteras.
Embutidos Fermín es una empresa clave en la dinamización social y económica de la zona salmantina.
En la fábrica que tienen en Tamames, un pueblito de 800 habitantes, reciben jamones para su perfecta curación.
Embutidos Fermín ha acompañado a los salmantinos desde que solo eran una pequeña carnicería, a mediados de la década de los cincuenta.
La empresa familiar cuenta con empleados de diferentes pueblos de Salamanca para atender a su producción. Tamames es uno de ellos, donde además tienen una fábrica propia.
En La Alberca se dedican al sacrificio, despiece, elaboración y salazón de sus jamones de cerdo ibérico.
Los cerdos 100 % ibéricos de Embutidos Fermín son capaces de recorrer hasta 14 km al día en busca de las mejores bellotas, alimento responsable del sabor y aroma penetrantres del jamón.
En Embutidos Fermín aman su localidad y han conseguido ser pioneros en la externalización de su producto. Todo un ejemplo de la región salmantina, fuera de las grandes capitales españolas, que demuestra, una vez más, que el éxito se puede conseguir en cualquier lugar, si el trabajo y el esfuerzo acompañan.
La historia de Embutidos Fermín es la historia de una familia anclada en sus raices y en la búsqueda de ofrecer el mejor producto posible, y no solo para el disfrute de sus vecinos sino, también, para el del resto del mundo.
Hay vida empresarial más allá de las grandes ciudades de nuestro país. Por eso, desde Banco Sabadell y en asociación con Vocento, queremos hacer un recorrido por algunas de esas empresas españolas que no están en el centro y cuyos productos usamos en nuestro día a día, o son esenciales para que nuestra sociedad funcione.
Vamos a narrar historias con un gran componente humano en compañía de empresas que han apostado por sus raíces y quedarse en los márgenes de las grandes capitales. Relatos con recorrido para negocios que han sabido adaptarse y reactivar, en ocasiones, la economía y sociedad de la zona.
un proyecto con
Créditos
Content strategy
Aurora Yañez
Inmaculada Oliva
Dirección de arte diseño ui
Alessandro Marra
Desarrollo
Pelayo Trives
Gonzalo Cachón