un proyecto de
Rediseñando el hogar de una artista vocacional
Escoger el camino del emprendimiento normalmente supone un esfuerzo extra en la carrera profesional. Pero también significa disfrutar de una libertad especial en el trazado de ese camino, en la adaptación al entorno a cada paso, la asunción de retos y la determinación para poner principio y fin a cada una de las etapas.
El Atelier de Sol Curiel es un oasis en la ciudad en el que los personajes de cine y teatro toman forma real al encontrar sus vestidos, sus trajes, tocados y complementos. Es un oasis muy, muy pequeño en el que Sol lleva casi dos décadas creando moda para enseñar lo mejor de sus clientas. Aquí, la experiencia de toda una vida dedicada al diseño y la realización de vestuario escénico aportan una creatividad y un arte en la confección que no escapan a la vista. Pero una oferta tan variada exige un amplio espacio para materiales y trabajos, y el pequeño atelier no crece: al contrario, parece menguar.
Sol tiene la experiencia de toda una vida dedicada al diseño y la realización de vestuario escénico, pero su pequeño atelier parece menguar
Manejar una cantidad tan grande de materiales implica la dificultad de almacenarlos con tanto orden como accesibilidad
Para entender esta necesidad que supone adaptar el emprendimiento al trabajo creativo, Sol va a contar con la ayuda de una colega que se enfrenta cada día al mismo problema: Silvia Moreno, creadora de @cenasadivina. Katja, diseñadora de IKEA, moverá su varita mágica para convertir el pequeño taller de costura en un atelier de lujo en el que moverse con soltura sin tropezar con nada, en un nuevo capítulo de Un hogar a tu medida.
Para rediseñar este espacio de trabajo con más facilidad, IKEA BUSINESS reúne mobiliario, decoración y servicios específicos
Después de tantos años, Sol mantiene intactas su ilusión, su confianza y sus ganas de ponerse manos a la obra a trabajar. El sitio de su negocio tiene que impulsar aún más esta energía, a la vez que transformarla en una atmósfera que envuelva a los clientes nada más entrar en el establecimiento.
El plan de Katja es atacar directamente a las necesidades principales: una buena mesa de trabajo, almacenamiento, exposición, y todo el espacio libre que se pueda para permitir las actividades.
Acotando necesidades
Sol está acostumbrada a moverse en grandes espacios y su pequeño taller, a veces, es un factor limitante para proyectos grandes o coincidentes en el tiempo. Por eso, el orden es un requisito más que imprescindible en el día a día.
Encontrar un sitio para cada cosa supone partir de un esquema claro de lo que el espacio necesita albergar. El trabajo será resolverlo de una manera agradable también para la clientela.
La mayor frustración de Sol es la mesa de corte, que ya ha dado todo de sí y necesita reemplazo. Su espacio de almacenaje no es nada comparado con todo lo que debe contener. Enormes armarios la completan y aglutinan en su interior bolsas y botes de cintas, flecos, pasamanería… Aún hay otra zona de almacenaje más grande, que incorpora un pequeño vestidor para los clientes.
Todos los estilos tienen que tener cabida aquí, y a veces los vestidos ocupan mucho espacio. Cada centímetro es tan valioso por lo que puede guardar dentro, como por el movimiento que permitiría si estuviera vacío.
El sitio donde la magia ocurre
Si hay una protagonista en el atelier, por donde todos los materiales pasan, se integran, y cobran vida tanto el primer esbozo, como el toque final, sin duda es la mesa. Aun siendo el reemplazo más difícil, las chicas han utilizado toda su creatividad para diseñar una enorme mesa de corte a base de módulos de cocina cubiertos por encimera. Es la forma que permite mayor espacio de almacenaje en la parte inferior, limpia, accesible y visualmente impecable.
Será el lugar en el que más tiempo pase Sol, además de frente a su máquina, donde ahora cuenta con una silla cómoda y ergonómica: con respaldo, sin ruedas y con una buena protección de su lumbar, para pasar mucho tiempo sentada frente a su máquina. En frente, al alcance de la mano, todos los hilos se suceden en fila, ordenados por colores sobre un lineal de estantes, que rematan graciosamente un gran frontal de paneles perforados, sobre los que es posible adaptar decenas de accesorios para acoplar todas las herramientas en el lugar perfecto.
Además de acercar las herramientas a la mano, un tablero> de notas magnético, compuesto a modo de puzzle y customizado con la tela favorita, funcionará, también, para acercar las ideas a la vista, que no es tarea menor.
Y para no desaprovechar ni un centímetro, toda la altura por encima del puesto de trabajo se ha dividido entre un espacio más cercano de estanterías abiertas, con algo menos de profundidad que facilite el acceso, y otro ciego, compuesto por armarios cerrados más altos y más profundos, para lo que no se usa de forma continua.
La accesibilidad no está reñida con el diseño y la flexibilidad en la modulación de un vestidor de lujo
La parte de exposición del negocio de Sol es imprescindible, y no sólo aporta belleza a su negocio, sino que funciona como herramienta de marketing. Por eso se presta un esfuerzo especial a su zona de exposición de tocados, que deja todo el talento a la vista de los clientes gracias a una gran estantería y un mueble de vitrina con sus armarios adicionales. Siguiendo el mismo criterio, una doble barra acompaña la estructura, y sobre él descansan los trabajos preparados o en marcha, ordenados y dispuestos con elegancia.
Como las paredes, las cortinas de terciopelo que funcionan como un falso telón de teatro que separa la zona de almacenaje, se han cubierto de la tela preferida por su protagonista, jugando visualmente con el concepto del negocio.
Para que todos los ámbitos funcionen, el espacio disfruta de tres niveles diferentes de iluminación. Uno general, con potentes plafones de techo que permiten realizar cualquier actividad básica; otro, funcional, gracias a focos que se distribuyen sobre la mesa de corte para permitir el trabajo en detalle, y uno último, estético, que confiere al espacio su peculiar ambiente.
El caos quedó atrás. Enormes armarios modulares abiertos aprovechan ahora toda la altura para albergar cajas, barras y decenas de cajones en los que se clasifica el material. Y con cada cosa en su sitio, queda espacio para un probador elegante y neutro, oculto por un riel con su correspondiente cortina.
Transformar un antiguo negocio en la cuna de una artista pasa por prestar atención a cada detalle
Así fue el proceso de cambio
En este nuevo oasis, que parece haber crecido en tamaño y rejuvenecido en edad, faltaba la guinda de la que nació su esencia. Es la máquina de coser de la tía de Sol, esa que la acompañaba desde muy pequeña y de la que seguramente nació la vocación que hoy alimenta su creatividad y su negocio.
La fachada y el escaparate se han renovado para erigirla como reina y señora del negocio, colocada delante de una cortina de cara al público, disfrutando de su propio escenario para dar vida a, por lo menos, una historia cada día aún.
