un proyecto con
La familia que rompió el mito de trabajar 8 horas al día
Máxima Crespo es empresaria, madre de tres hijos y una mujer madura que valora la seguridad, la belleza y el bienestar desde la sencillez de un entorno natural conectado con lo esencial. “Ya no solo viven en los pueblos las personas que no tienen otra opción de vida, sino que viene gente que tiene poder para elegir”
Plantó en Vadocondes, un pequeño pueblo a diez kilómetros de Aranda de Duero, la semilla de un idea que le rondaba la cabeza desde hacía tiempo: generar un nuevo panorama empresarial que tuviera en el centro el mundo rural. Y, para ello, se basó en la premisa de cocrear, colaborar y compartir. Su impulsora, Máxima Crespo. Una empresaria que, tras treinta años de gestión en distintas empresas, lidera La Ren Lecrés, un complejo hotelero en medio del paraíso. Y, con ello, ha logrado encontrar la esencialidad de la vida, ser feliz con lo que uno hace, sin miedos ni condicionamientos.
Tras esas tres décadas al frente de la administración en la fábrica de Aranda de Michelín, Máxima se dio cuenta que se movía siempre por las grandes ciudades (Londres, Burgos). Tenía la sensación de que se estaba perdiendo algo… y con su marido decidió dar un paso más donde “ya no cuadraban las 8 horas laborales”. De hecho, considera que vivir en un pueblo ofrece nuevos enfoques y formas más creativas de vida. “Me gusta conectar a las personas con los entornos rurales desde una visión moderna, global y abierta”, relata.
“Vivía rodeada de compromisos y hacía cosas que no quería hacer”
Cualquiera está invitado a disfrutar de una estancia diferente y especial en su casa. Se trata de un espacio construido con afán de conectar a las personas con el placer de un entorno rural en el que no se renuncia al confort y a la modernidad. Y este concepto nuevo le ha permitido redescubrir la esencia de los pequeños lugares.
Atrás dejó una vida de estrés y ansiedad: “Cuando vivía rodeada de compromisos hacía cosas que no quería hacer”. Antes vivía en la ciudad. Atascos, prisas, colas para hacer la compra, siempre con el agua al cuello para llegar a todo, angustia. Y al acabar el día la misma sensación le embriagaba: no tengo claro si soy el mejor ejemplo para mis hijos. “He vivido el ritmo de las ciudades donde cada fin de semana tienes que tener un plan, algo que contar cuando vuelves a la oficina, al final pierdes lo esencial de la vida, que es tu tiempo”, añade.
“Solo en el papel de ser uno mismo es cuando aportamos a los demás”
Los años le han demostrado que no tiene que compararse y “solo en el papel de ser uno mismo es cuando aportamos a los demás”. El pueblo no le era ajeno. Su marido, agricultor, había nacido precisamente en Vadocondes. Allí había heredado un terreno, donde idearon reconstruir su casa con la idea era ir solo los fines de semana para “desconectar”. “Vivir en un pueblo no es sinónimo de simplicidad; es igual de rico, pero focalizando los matices en otros valores”, valora.
Versátil y familiar, el sueño de todos
La familia siempre está detrás de las mejores decisiones que uno toma a lo largo de su vida. Es su pegamento y su fuente de inspiración; lo único que perdurará ante los embates del destino. Y, frente a ello, disfrutar de su compañía es esencial para lograr la felicidad. Es un deseo que se enmarca dentro de las experiencias, vivencias y situaciones que cada uno acumula con el tiempo y que aflora, sobre todo, durante los viajes, por ejemplo, por carretera, donde es importante contar con la garantía de un coche flexible y seguro como Dacia Jogger, que es espacioso y se adapta a las necesidades de los conductores.
Pero la revolucionaria mente de Máxima quiso dar un paso más allá. Pensó que lo rural no tenía que estar condenado a lo tradicional, lo antiguo, lo viejo ni lo incómodo, de modo que decidió transformar la casa en un lugar tan moderno, inspirador, cómodo y divertido como cualquier entorno urbano “la idea era vivir con las mismas comodidades que en la ciudad, pero sumando lo esencial de los pueblos, alejados de la visión tradicional o viejuna de vivir `entre abuelos´”.
Un caracol en libertad, la anécdota que lo cambió todo
La clave para ese cambio de chip fue, sin duda, la familia. Terminada la obra de la casa fueron a probarla el primer fin de semana, siempre con la idea de ser un refugio para escapar de la rutina. Pero la primera noche pasó algo inesperado: "Mi hijo Andrés, que tenía 3 años, vino al campo con una caja con caracoles que tenía en la ciudad. Le dije que podía sacarlos, que allí iban a poder vivir en libertad y cuando los dejó en el césped se emocionó, y eso me cambió la percepción, me di cuenta de que esos caracoles dentro de una caja éramos nosotros mismos".
Máxima decidió trasladarse allí de manera definitiva y ha vivido muy feliz durante 10 años. Nacieron dos hijos más. “Nuestros amigos no entendían el cambio, pero para nosotros no era un retroceso, era una forma de vida distinta que nos daba energía”, dice.
Educar a los niños conectándoles con lo esencial
Hay otro factor para dar ese cambio: la familia. “Era importante que mis hijos pudieran ver crecer las lechugas, ver los cambios de estación, ver que nos podemos calentar con leña. No todos es ir al súper y cargar la cesta de la compra. Dar un valor a la tierra y entender que tienes que nutrirla les abre la mente”.
“He vivido el ritmo de las ciudades donde cada fin de semana tienes que tener un plan, algo que contar cuando vuelves a la oficina, al final pierdes lo esencial de la vida, que es tu tiempo”
Máxima Crespo
Al terminar el confinamiento Máxima tuvo una idea: ¿Y si compartimos nuestra casa con las personas que no conocen esta forma de vivir? Decidió acumular su conocimiento empresarial para compartir su hogar y forma de sentir con los demás. “Quise dar valor a esta forma de vida y aportar un aire fresco al pueblo con otra mirada más moderna y ligera de tradiciones”.
A Máxima y a su familia les gusta disfrutar de acoger al huésped y aportar su conocimiento del entorno sin que el aspecto económico prime por encima de todo, “a veces cuando te relajas y das las cosas con tu mejor fe, sin perder el norte, las cosas son más rentables que cuando calculas los números”.
La fórmula (que ha inculcado a su entorno) le funciona: las familias repiten, los huéspedes se convierten en amigos y los niños que vienen de la ciudad descubren una nueva forma de vida, “hay niños que no tienen pueblo y al vivir esta experiencia cercana de libertad, se quedan con el recuerdo y seguro que de mayores van a querer venir a vivir a un pueblo o al menos, lo van a valorar”. Su filosofía es sencilla. “La ganas de convivir y compartir es esencial para mí. Hacer percibir a los demás que no hace falta correr para vivir. Me ha costado entenderlo y ahora lo deseo transmitir”.
De la poesía, de los negocios, del mundo rural o de la familia se extraen las historias que nos muestran el camino para una vida plena
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Jogger
el
coche
Dacia Jogger es un vehículo familiar muy completo. Está disponible en varias versiones modulables para transportar de dos a siete pasajeros sin perder el confort y la amplitud. Y, además, enriquece su gama con una nueva versión con tecnología híbrida autorrecargable (HEV) que se convierte en la opción más potente de este modelo que cuenta con la etiqueta ECO-G y un consumo muy reducido.
familiar
Entre otras cosas, puede transportar cómodamente a siete pasajeros y su equipaje gracias a sus numerosos compartimentos inteligentes y a un maletero que puede alcanzar los 2094 litros al abatir los asientos traseros.
Créditos
Idea original: Alessandro Marra
Gestión de proyecto: J.M. Sánchez
Diseño UI y Dirección de Arte: Alessandro Marra
Maquetación: Pelayo Trives
Responsable de producción audiovisual: Delia Blesa