?

un proyecto con

Entretenimiento

Leiva, Izal y Taburete comparten cartel con un invitado (imprescindible) que estará en todos los festivales del futuro

El festival Jardín de las Delicias despide el verano el 23 y 24 de septiembre en Madrid con un cartel plagado de estrellas y un protagonista necesario: un plan integral para reducir su impacto ambiental

Ana López-Varela

Compartir

El festival Jardín de las Delicias despide el verano el 23 y 24 de septiembre en Madrid con un cartel plagado de estrellas y un protagonista necesario: un plan integral para reducir su impacto ambiental

Ana López-Varela

Compartir

Basta con echar un vistazo a los números para confirmar que la música en directo es una potente industria. Según los datos del Anuario de Música en Vivo –a falta de las cifras de 2021 y pese a que 2020 fue un año funesto para el sector–, desde 2014 la facturación de este tipo de espectáculos no ha dejado de crecer hasta los 382 millones de euros del año previo a la pandemia. El consumo actual de música en vivo es notable. Lo hemos incorporado a nuestras rutinas culturales y de ocio y existen infinidad de propuestas para contentar a todo tipo de públicos en casi cualquier rincón de nuestra geografía. Incluso bregando con la Covid-19, con giras canceladas y festivales suspendidos, durante 2020 se contabilizaron más de 11.000 conciertos en España.

Pero lo cierto es que, además de ofrecer mucho placer y diversión a los asistentes, la huella ecológica que dejan los macroconciertos es bien profunda debido a la gestión de residuos y el abastecimiento energético que conllevan. Pongamos un par de ejemplos. La organización sin ánimo de lucro inglesa Powerful Thinking editó hace años un detallado estudio sobre la huella de carbono de los festivales de música. Los generadores de gasoil pueden emplear hasta cinco millones de litros de diésel. Eso supone la emisión de 19,778 toneladas de CO2 cada año o el equivalente a tener un cuarto de millón de coches circulando. Por su parte, otro informe ambiental publicado por Waste 360 fija los residuos generados al día por el Festival de Coachella (California) en alrededor de 107 toneladas, de las cuales solo se recicla un 20%.

No hace falta ser un festivalero de pro de esos que coleccionan pulseras en la muñeca para entender el enorme impacto sobre el entorno que produce la confluencia de decenas de miles de personas en un espacio limitado. Y en el sector lo saben. Por eso mismo, el festival Jardín de las Delicias, que se celebra este fin de semana en Madrid con cabezas de cartel como Leiva, Sidonie, Izal, Rozalén, Taburete o Miss Caffeina, va a contar con un protagonista imprescindible: la sostenibilidad.

En cifras

España, referente de la música en vivo

Los festivales de música se han convertido en uno de los principales impulsores de la industria musical. Tanto es así que en 2018 nuestro país fue catalogado por Festicket como destino turístico festivalero número uno en Europa. De acuerdo con el Anuario de Estadísticas Culturales del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, en 2019 se celebraron un total de 805 festivales con 6,6 millones de espectadores, generando una caja superior a los 221 millones de euros. Y a nivel europeo, las Industrias Culturales y Creativas (ICCs) se han consolidado como un relevante agente económico.

643.000

Millones de euros generaron las ICCs en 2021

4,4%

Del PIB de la Unión Europeo a nivel de facturación total

Fuente: 2021 Rebuilding Europe, the cultural and creative economy before and after the COVID-19

Para la celebración de esta edición, el Jardín de las Delicias quiere despedir al verano reuniendo a algunos de los artistas más populares de la escena musical de nuestro país junto a todo un submundo en forma de bosque encantado con todo tipo de criaturas fantásticas, desde faunos a hadas, duendes, elfos, flamencos, que justifica el nombre del festival, y la magia del ilusionista Jorge Blass. Pero la vuelta de tuerca de esta edición ha llegado con su conciencia verde. Desde la organización de El Jardín de las Delicias consideran que además de promover la cultura entre miles de personas –esperan unos 45.000 asistentes– y ofrecer una experiencia integral con la mejor música en directo también tienen la misión de incentivar que esas actividades de ocio se lleven a cabo de la forma más sostenible posible. Para ello, cuentan con Endesa como patrocinador sostenible comprometiéndose a reducir su impacto negativo a nivel ambiental.

La sociedad lleva tiempo demandando que los festivales sean más respetuosos con el medio ambiente, pero hay muchos que no saben cómo dar ese paso. Ahí Endesa tiene la ventaja de llevar muchos años trabajando en el camino de la sostenibilidad para conseguir una transición energética justa y tienen la experiencia para contribuir en este tránsito. ¿Cómo? “Evitando el plástico de un solo uso –al ser uno de los desechos que más se generan en los festivales–; trabajando en proyectos de economía circular para dar una segunda vida al resto de residuos –primar el alquiler de materiales en lugar de producirlos y, si se hacen, planificar cómo se reutilizarán después como, por ejemplo, realizando merchandising sostenible con las lonas decorativas–; calculando la huella de carbono y la compensándola en su totalidad y trabajando para conseguir en un futuro que la energía sea 100% sostenible–; incorporando la movilidad eléctrica, contando a la gente los beneficios de este tipo de desplazamiento y haciendo acciones con ello”, explica María Lacasa, directora de Marca, Patrocinios y Contenidos en Endesa.

“Hay festivales que han mejorado mucho en el respeto al medio ambiente y algunos otros que quieren hacerlo pero que no tienen las herramientas o los conocimientos para ello. Ese fue uno de los aspectos que más nos interesó a la hora de entrar en el mundo de la música. Vimos que el eje de entrada de la sostenibilidad era algo muy natural pues es algo en lo que llevamos muchos años trabajando y nos gustó la idea de poder acompañar a los festivales en ese proceso de cambio hacia el respeto de la sostenibilidad”, explica Lacasa.

De los vasos de cartón a lanzaderas eléctricas

De la mano de la compañía eléctrica, el festival se ha comprometido a trabajar 18 puntos vitales para conseguir un evento realmente sostenible. Así, el festival se ha enfocado a la adquisición de productos medioambientalmente responsables; priorizar la contratación de servicios de proximidad; asegurar el correcto tratamiento de las aguas grises y residuales; evitar la contaminación del suelo y prevenir la lumínica; respetar las zonas verdes del recinto, generar un espacio accesible, diverso e integrador para todas las personas… Una sucesión de cambios que implican un compromiso real.

Lo que se encontraron en El Jardín de las Delicias fue un equipo con muchas ganas y un objetivo muy claro de ser más sostenibles en cada edición. Tanto es así que también se han comprometido a “pedir una auditoria externa que certifique que el festival realmente lo es”, cuenta Lacasa. Se trata de un sello europeo otorgado por la organización A Greener Festival, una ONG que lleva 10 años creando conciencia sobre este tema, realizando auditorías medioambientales entre los festivales de medio mundo –ya llevan más de 400– y que incluso entrega un premio anual para poner en valor las mejores iniciativas en este campo.

Novedosas propuestas como podría ser la implementada por el Boom de Portugal, un ejemplo icónico para la organización en lo que a energía se refiere pues cuentan con aerogeneradores, que producen energía durante todo el año acumulándola para usarla cuando se celebra el festival. Sólo una vez cada dos años para que la zona se recupere. Los vasos reutilizables también se están convirtiendo en una medida estrella de estas citas. En el caso de El Jardín de las Delicias el cambio es absoluto. No habrá vasos de plástico, que se han eliminado al 100%, si no que de cartón biodegradable y reciclado. Además se van a llevar diferentes acciones encaminadas a que la gente aprenda a reciclar bien. “Vamos a generar una barra sostenible, junto con Mahou, donde se cambiarán vasos por vales para obtener consumiciones gratis. De esta forma fomentamos el reciclaje, la limpieza del propio recinto, etc”, explican desde Endesa.

avanti
indietro

Otro de los puntos que Endesa ha trabajo junto con El Jardín de las Delicias es el fomento de la movilidad eléctrica. “Es uno de los puntos fuertes de Endesa, en lo que llevamos trabajando muchos años, y hemos puesto en marcha dos acciones que nos gustan mucho. La primera es fomentar la movilidad colectiva y en transporte público al festival para lo que hemos llegado a un acuerdo con la EMT para poner líneas de autobuses 100% eléctricos desde la estación de Moncloa hasta el recinto del festival de tal forma que habrá una lanzadera continua de ida y vuelta. Además, para los que decidan ir en su propio vehículo, premiaremos el uso de coches eléctricos y compartidos por varias personas con una promoción de parking gratis. Endesa se hará cargo del coste del aparcamiento de los primeros 50 vehículos de este tipo”.

Con estas y otras acciones, el Jardín de las Delicias, se perfila como un festival que lo tiene todo para disfrutar de una oferta de ‘música de proximidad’ –con un cartel 100% nacional–, con una parte sensorial y de magia importante, y para gente joven y con una conciencia ecológica mucho más desarrollada que la de sus padres o abuelos. “Lo reciben con muchas ganas y vemos que los mensajes van calando, gustan, además se hacen siempre desde un punto de vista muy lúdico y para pasárselo bien”, resume Lacasa.