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Vocento

Por qué el
cambio climático
es un desafío de
acción colectiva
inmediato

02.11

2021

Con motivo de la celebración de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, se ha celebrado el Encuentro COP26 organizado por CM Vocento junto a Coca-Cola y Mapfre

Encuentro COP26

¿Por qué hay que hablarlo?

Prado Campos

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La COP26 es un recordatorio de que estamos ante un desafío de acción colectiva”. Esta fue una de las principales conclusiones del Encuentro COP26, organizado por CMVocento junto a Coca-Cola y Mapfre con motivo de la Conferencia de la ONU sobre Cambio Climático de Glasgow. Los participantes del encuentro coincidieron en la necesidad de tomar decisiones cuanto antes para atajar un problema que es una realidad que compete a todos: ciudadanos, gobiernos y empresas.

"La lucha contra el cambio climático es uno de los desafíos generacionales por antonomasia que requiere el reconocimiento de que somos parte del problema, pero también parte de la solución. Tenemos que reconocer dos pilares de actuación: la mitigación del cambio climático y la adaptación al cambio climático, que es al hermana pobre en las discusiones internacionales. Es importante que reconozcamos la urgencia de tomar decisiones hoy porque el coste de la inacción es mucho más alto que el coste de actuar  y, además, tenemos que avanzar en modelos de gestión que no solo reconozcan la remediación de los impactos que ya se están dando y, al mismo tiempo, tenemos que ser capaces de avanzar a modelos en los que la gestión no sea de crisis sino de riesgos y de oportunidades. Esa es la gran oportunidad generacional que tenemos", resumió Gonzalo Delacámara, policy advisor de la Comisión y el Parlamento Europeo en cuestiones relativas a la adaptación del cambio climático y consultor internacional en Economía de Recursos Naturales para la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), FAO, UNESCO y Naciones Unidas.

``Todos los eslabones de la cadena tenemos que ir en la misma dirección para luchar contra el cambio climático”

“No es posible ni realista ir solos. La lucha contra el cambio climático es un objetivo común y todos los eslabones de la cadena tenemos que ir en la misma dirección”, analizó Ana Callol, vicepresidenta de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad (PACS) de Coca-Cola Europacific Partners Iberia. Por eso, agregó, "las grandes corporaciones tienen una relevancia esencial de cara a luchar contra el cambio climático y ser sostenibles con los recursos que utilizamos. En general, las grandes corporaciones somos intensivas en el uso de recursos y, por eso, tenemos que ser muy respetuosos con cómo los tratamos, no solamente desde lo que hacemos sino también con la responsabilidad que tenemos de generar valor e impacto en el entorno donde operamos".

“Somos motor de cambio. Las aseguradoras somos de los primeros sectores económicos afectados por el cambio climático, puesto que aseguramos riesgos. Nos hemos basado en datos históricos para asegurar esos riesgos de catástrofes naturales y ahora nos tenemos que enfrentar a escenarios predictivos para asegurar riesgos climáticos, lo que supone ir un paso más allá. Esto lo tenemos que incorporar en nuestros análisis de riesgos y también a los financieros para asegurar la resilencia de la compañía y de otras aseguradoras porque nos vamos a enfrentar a riesgos cada vez más frecuentes y con mayor intensidad”, añadió Sara Fernández, jefa de Departamento Corporativo de Medio Ambiente de MAPFRE. Por eso, alertó, “las inversiones hay que hacerlas ahora. Lo que no invirtamos ahora, lo vamos a pagar con creces".

Las inversiones hay que hacerlas ahora. Lo que no invirtamos ahora, lo vamos a pagar con creces

Precisamente, ante la urgencia de acción para abordar los desafíos que plantea la crisis climática, la cooperación entre ciudadanos, instituciones y empresas es vital para alcanzar una economía descarbonizada y neutra en emisiones y un modelo circular de sociedad. Y, para ello, agregaron todos los ponentes, es necesarios tomar ya medidas a corto y medio plazo. En ese sentido, aseguró Ana Callol, las grandes corporaciones juegan un papel vital tanto a la hora de establecer sus propios objetivos y metas de sostenibilidad ambiental como en las alianzas que pueden establecer con instituciones públicas, entidades, pequeñas empresas como en su capacidad de comunicación y sensibilización. "Es muy importante la labor que tenemos como corporación no solamente por lo que hacemos sino por lo que suponemos como tractoras o empresas impulsoras hacia empresas más pequeñas", explicó.

Coca-Cola tiene como meta ser neutra en carbono en 2040, un objetivo en el que trabajan en cinco ámbitos de operación como son los ingredientes, los envases, las operaciones, la distribución y los equipos de frío. Una de las líneas de actuación más ambiciosa es la circularidad de sus envases, incorporando más materiales reciclados y garantizando que el 100% de los envases que se distribuyen en España son reciclables, pero también están apostando por envases rellenables, como el que utilizan en la hostelería, o fomentando el i+d para crear materiales alternativos al plástico como, por ejemplo, la plant bottle u otra de papel que están desarrollando.

De izquierda a derecha, Ana Callol, vicepresidenta de Asuntos Públicos, Comunicación y Sostenibilidad (PACS) de Coca-Cola Europacific Partners Iberia; Sara Fernández, jefa de Departamento Corporativo de Medio Ambiente de MAPFRE; y Gonzalo Delacámara, polity advisor de la Comisión y el Parlamento Europeo en cuestiones relativas a la adaptación del cambio climático y y consultor internacional en Economía de Recursos Naturales para CEPAL, FAO, UNESCO y Naciones Unidas (Refugio Creativo)

Pero más allá de sus medidas propias, la compañía trabaja ayudando a sus proveedores a que se adapten sus objetivos ambientales, especialmente en cuanto a las emisiones de alcance 3. "Es un gran desafío porque intentamos que nuestros proveedores se sumen a metas ambiciosas de descarbonización. Les ayudamos a ello para que, por ejemplo, incorporen en sus operaciones electricidad de fuentes renovables", explica Callol. El programa Hostelería por el Clima también les invita a sumarse a sus compromisos de sostenibilidad a la par que asesoran a esos pequeños y medianos negocios a implementar herramientas que impacten positivamente en el medioambiente y en su cuenta de resultados.

"En MAPFRE tenemos el compromiso público de ser neutros en carbono en 2030. Esto se enfoca en la huella operacional del grupo pero tenemos que ir un paso más allá. Tenemos que seguir trabajando sabiendo que las aseguradoras somos palanca de cambio y tenemos que ayudar a la sociedad a hacer esa transformación hacia una economía baja en carbono. Tenemos que estar ahí para acompañar en esa transformación desarrollando productos y servicios que al final faciliten la descarbonilación de la economía", reflexionó Sara Fernández.

Los estándares internacionales en eficiencia energética, inventarios de carbono o residuos cero están integrados plenamente en el ADN de la compañía aseguradora. Tras el plan de sostenibilidad que implementaron en 2014, acaban de poner en marcha en Plan de Huella Ambiental 2020-2030 con el objetivo de ser neutros en carbono pero también incorporar aspectos como la movilidad y la edificación sostenible, la gestión del agua, la circularidad, las compras verdes... Unos requisitos que también hacen extensibles a sus proveedores, a los que acompañan para adaptarse a los requisitos que impone ya el mercado. "Es una palanca de cambio para que las empresas se posicionen y sepan que es algo que se valora tanto en la empresa privada como al pública", explica Fernández. Además, acaban de aprobar también una estrategia corporativa de compensación de gases de efecto invernadero con la idea clara de "ir un paso más allá de compensar la huella de carbono para recuperar ecosistemas".

EL PODER DE LA ALIANZAS

"Si algo deberíamos haber aprendido de la pandemia es que si el desafío es global, la respuesta debe serlo también. Necesitamos sumar esfuerzos y compartir riesgos y oportunidades. No podemos responder con soluciones locales a un desafío de estas dimensiones", aseguró Gonzalo Delacámara. El consultor destaca en plano político el papel de liderazgo de España en el compromiso comunitario para frenar el cambio climático pero alerta de que esa política de transición energética debe ser un compromiso intergeneracional que esté por encima de partidos, siglas y países. Por eso, habla de un compromiso social que, en definitiva, tiene que hacer repensar el modelo de vida que queremos. "Estamos en una situación que nos debería llevar a reflexionar: esto tiene que ver con nuestro modelo de desarrollo, con cómo queremos vivir, cómo queremos desplazarnos, las inversiones en eficiencia energética o uso de agua que tenemos que hacer. Es un ejercicio que va más allá de un gobierno concreto y que requiere un debate completo del que todos nos sintamos parte", aseveró.

Imagen del encuentro COP26 organizado por CM Vocento en colaboración con Coca-Cola y MAPFRE (Refugio Creativo)

La concienciación de la ciudadanía es una de las claves para avanzar en las soluciones tanto como las alianzas público-privadas. En ambos casos, analizó Delacámara, es fundamental "generar confianza entre sectores y hacerlo sobre la base de incentivos concretos. Debemos entender que cada individuo debe encontrar un incentivo para modificar su modelo de comportamiento y necesitamos que la corporación publica juegue su papel en ello". En esa línea de alianzas, Ana Callol ejemplificó con el proyecto Mares Circulares de Coca-Cola, puesto en marcha en colaboración con el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y entidades como la Asociación Vertidos Cero, Chelonia, Fundación Ecomar y la Liga para la Protecção da Natureza portuguesa, que se encarga de limpiar playas y fondos marinos en España y Portugal. En sus cinco años de vida ya han participado más de 1.000 entidades como colegios, ayuntamientos o fundaciones, se han recogido 1.400 toneladas de residuos, trabajan con nueve startups para el fomento de la economía circular y han sensibilizado a más de 62.000 personas con programas de formación en reciclaje.

Tenemos que ser capaces de avanzar a modelos en los que la gestión no sea de crisis sino de riesgos y de oportunidades

Porque, como también subrayó Sara Fernández, los ciudadanos somos otra de las partes fundamentales de la cadena para que los cambios se hagan realidad. "Es necesario que nos comprometamos del todo. Un ejemplo es el reciclaje. Han pasado muchos años desde que se implantó la recogida selectiva de residuos pero hay que gente que no sabe qué es un envase o que dice que no tiene espacio para los cubos. Tenemos que actuar todos y no podemos justificarnos. El cambio climático es un reto para toda la sociedad y todos tenemos que arrimar el hombro".

Por eso, coincidieron Fernández y Callol, las grandes empresas también tienen un reto y una oportunidad a la hora de utilizar su impacto y poder de comunicación para sensibilizar a los ciudadanos en la lucha contra el cambio climático y la protección medioambiental. Porque, como remató Delacámara, solo así podremos ser conscientes que estamos frente a un desafío que requiere respuestas conjuntas e inmediatas que no solo deben ir enfocadas a lo ambiental sino a reformular nuestro sistema de desarrollo y nuestro modo de vida.

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