Cuatro piscinas de postal para dar la bienvenida al buen tiempo
De Gran Canaria a la Costa da Morte parando en Cádiz y en Girona, las piscinas de estos Paradores no solo nos regalan unas vistas de infarto sino que hacen de cualquier escapada el mejor plan para desconectar y celebrar el calor
Decía el antropólogo y poeta Loran Eisely que «si hay magia en este planeta, está contenida en el agua». Y precisamente mágico es el adjetivo que nos viene a la cabeza cuando vemos una de esas piscinas infinitas frente al mar o rodeadas de una paisaje espectacular. Esa magia es la que nos transporta al verano frente a la pantalla del ordenador o del móvil, la que nos hace sentir que flotamos en el agua mientras disfrutamos de la puesta de sol, la que nos traslada a cálidas tardes de relax veraniego y la que nos desconecta del mundanal ruido.
Por eso, no hay mejor plan para dar la bienvenida al calor que con un chapuzón en un enclave único. Esa es la combinación perfecta que nos ofrece Paradores: naturaleza, arte, gastronomía e historia en alojamientos con unas piscinas de postal rodeadas de entornos únicos. Elegir una de las cuatro que te proponemos no es fácil. Eso sí, te recomendamos que lleves la batería del móvil cargada para poder inmortalizar los atardeceres y los baños más increíbles que te vas a regalar este verano.
Cuatro piscinas de postal para disfrutar del verano
Parador de Aiguablava, una piscina sobre el Mediterráneo
Tiene fama de ser uno de los que tienen las vistas más espectaculares, y no es una exageración. El Parador de Aiguablava es un auténtico balcón al Mediterráneo inmejorable para desconectar. Está ubicado en un entorno privilegiado, en lo alto del acantilado de la Punta d’es Muts y rodeado de un maravilloso pinar, con unas vistas dignas de postal. Darse un chapuzón en su piscina o descansar en su solárium mientras admiras la panorámica de la Costa Brava va a ser uno de los momentos estrella de tus vacaciones. Lo mismo que relajar cuerpo y mente en su spa sobre la cala de Aiguablava.
Pero este Parador, que reabrió sus puertas en 2020 totalmente renovado y con la mayoría de sus habitaciones con terraza con vistas al Meditarráneo, fusiona naturaleza y arte como pocos. No solo porque está a solo cuatro kilómetros de Begur (Girona), conocido por su castillo medieval y sus casas indianas coloniales que construyeron en el siglo XIX los emigrantes que volvieron de América, sino porque sus paredes también son un museo donde contemplar una excelente colección de obra contemporánea catalana de artistas como José Beulas, Modest Cuixart, Joan Hernández Pijuán, Salvador Dalí, Antoni Tápies o Joan Miró. Una inmejorable unión de arte y naturaleza.
Parador de Cruz de Tejeda, un paraíso natural en Gran Canaria
El paraíso está en el centro de la isla de Gran Canaria y tiene nombre: Parador de Cruz de Tejeda. Este impresionante alojamiento regala a sus huéspedes unas vistas incomparables del interior de la isla con su spa, tanto exterior como interior, dominando la panorámica sobre la Caldera de Tejeda y los bosques de pino canario. Bañarse en su piscina admirando los escarpados barrancos, entre los que sobresale el célebre Roque Nublo, es lo más parecido al relax absoluto. Pero, además, te aseguramos que has conocido pocos spa tan impresionantes como este porque si su piscina exterior se pierde en el paisaje, en el interior, bajo un techo abovedado, te esperan una piscina hidrotermal y sus chorros de agua para que desconectar sea la palabra que te grabes a fuego este verano.
Pero como no solo de agua vive el hombre, este Parador es perfecto también para los amantes del senderismo y de la gastronomía. Unas papas arrugadas con mojo, una degustación de quesos de Gran Canaria o un potaje de berros son algunos de los platos obligatorios de la carta del restaurante del Parador que, como no podía ser de otra forma, también espera con unas vistas espectaculares.
Parador de Costa da Morte, el rey del Atlántico
Ha sido el último Parador en unirse a la red (el número 98) y lo ha hecho por todo lo alto. El Parador de Costa da Morte se ubica en un entorno privilegiado sobre la playa de Lourido, en Muxía, y cerca del Faro del Cabo de Fisterra, conocido desde la época de los romanos como ‘el fin del mundo’. La naturaleza y sus imponentes vistas del Atlántico envuelven sus 128.000 metros cuadrados y dominan las vistas de sus 63 habitaciones. Otro de sus grandes atractivos es su piscina infinity pool, un lugar mágico para darse un baño ya que desde su muro final de cristal se pueden ver las olas romper en la playa de Lourido y admirar el verde de las montañas que lo rodean. Puro placer para los sentidos que se completa en su spa, que cuenta con baño turco, sauna, jacuzzi, pilas de agua caliente y fría y solárium.
Pero la experiencia gallega no sería redonda sin una parada en el restaurante del Parador para saborear las delicias de la cocina gallega y sin pasear por sus pasillos, que albergan una interesante colección de arte gallego con gran presencia de fotografía de artistas como Ramón Camaño, José Suárez, Virxilio Vietiez, Manuel Zendón o Xurso Lobato. A través de sus instantáneas, podremos recorrer la historia de la comarca desde sus costumbres más tradicionales como la artesanía hasta su pasado inmigrante o la actualidad más reciente representada por una icónica imagen del hundimiento del Prestige.
Parador de Cádiz, diseño con vistas a la bahía
Cádiz es sinónimo de Carnaval, de hospitalidad, de playas y de verano. Y su Parador es uno de sus mejores emblemas. Esta joya de la arquitectura contemporánea está a un paso de la playa de La Caleta y tiene unas impresionantes vistas de la bahía que harán las delicias de los amantes del diseño. Junto a sus terrazas y sus diáfanas habitaciones, su piscina es un placer hedonista desde donde bañarse mientras se pierde la vista en el Atlántico recortando el horizonte. A un paso, además, se encuentra un increíble spa, reconocido en los últimos años como uno de los más sobresalientes de España por su experiencia wellness, que es el mejor lugar para dejarse mimar y relajarse entre tratamientos y rituales de belleza.
La gastronomía tampoco puede faltar en la Tacita de Plata ni en el restaurante y la tapería de su Parador: erizos de mar, tortillita de camarones, papas aliñadas o atún de Almadraba son algunos de los platos imprescindibles para disfrutar de una magnífica puesta de sol con vistas al Atlántico.